Capitulo 19

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Se sobresaltó cuando vio al pelinegro entrar, sorprendida de verlo ahí cuando todavía ni siquiera amanecía. Lo siguió por el pasillo que daba hacia la habitación de Pete, deteniéndolo antes de que pudiese acercarse a la puerta, temiendo lo que fuese a hacer.

Vegas respiró profundo para mantenerse impasible ante la actitud de la Yerim, ignorando su mirada llena de irritación e intentando tener un poco de empatía ante aquello que la chica era capaz de ocultar

Un amago de sonrisa curvó sus labios cuando las palabras de su protegido llegaron a su mente con claridad, como si estuviese ahí para burlarse: Yerim te odia.

Era claro que Pete no se equivocaba en su apreciación, y en parte, encontraba cierta diversión al comprobarlo con facilidad. Se preguntó qué tan íntima era la relación entre su protegido y Yerim como para que ella se sintiese tan atacada con su presencia en ese lugar, pero tampoco le agradó la molestia que se instaló en su pecho ante la respuesta obvia a sus dudas.

—Está descansando, no te necesita dentro de su cuarto —Yerim habló con frialdad, ignorando por completo el aura intimidante que rodeaba a Vegas.

No le temía, no podía temerle luego de haber conocido a Hyung Sik, pero eso no hacía menos preocupante lo que la actitud de Vegas siempre dejaba entrever.

— ¿No eres sólo su empleada? No creo que te paguen para ponerme límites, Yerim— dijo con indiferencia—, ve a otro lugar, yo me encargaré desde ahora.

Ella sonrió, pero la tensión fue notoria en su cuerpo. —No soy su empleada, soy su compañía. Y tú a mí no me das órdenes, ¿Entiendes?

Rió débilmente al escucharla, negando con su cabeza en un movimiento sutil ante lo absurdo de la situación en la que se encontraron, discutiendo por una posición a la que Vegas no estuvo dispuesto a validar como su propio deseo.

Yerim aspiraba a algo imposible y el pelinegro intentó aferrarse a su cordura para no caer de la misma forma, pese a que parte de su mente parecía burlarse y recordarle que tal vez, estaba mucho peor que aquella chica.

—Bien, el Señor no necesita que su compañía esté restringiendo sus visitas. Me pagan por cuidarlo, así que muévete.

—Te dije que tú no me ordenas, así que no intentes ponerte sobre mí; te tomas atribuciones que no te corresponden. Eres un empleado del Señor Hyung Sik, igual que yo.

—Yerim —dijo con un tono de voz amenazante—, sólo muévete. No tengo paciencia para escuchar tus reproches.

Yerim frunció el ceño, manteniéndose firme en su lugar pese a la mirada que Vegas estaba entregándole. —Vas a romperlo... Vas a hacer que lo maten, Vegas. Por favor, no lo arriesgues a eso...

Tenía razón. Su parte racional, aquella que a ratos luchaba por tener el control de sus pensamientos, entendía las palabras de ella; pero aquella otra, la que seguía pensando a diario en el pelicastaño perteneciéndole incluso cuando no tenía derecho a ello, se burlaba de aquella idea.

—No querrás que el Señor Pete se altere porque estás controlando sus jodidas visitas —repitió, alejando la molesta idea que Yerim planteaba—, Muévete.

—Sabes que, entre tú y él, mi lealtad siempre estará con Pete, ¿No es así?

— ¿Eso es una amenaza?

Yerim sonrió, pero sus ojos se encontraron apagados y sin una pizca de alegría. —No. Sólo espero que tengas claro que tu presencia es irrelevante para mí y si debo decidir por evitar que el Señor Hyung Sik vuelva a lastimarlo, incluso si eso significa sentenciarte a ti, voy a hacerlo, Vegas.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now