Capitulo 16

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Ya en el Velvet, estacionó el automóvil y bajó siguiendo a Pete, quien se tensó al ver la forma en que Jade sonreía para su niñero apenas el pelinegro estuvo a su vista.

Inconscientemente, Vegas posó su mano en la espalda del pelicastaño para recordarle su posición, instándolo a continuar su camino sin detenerse en aquel lugar. Pete se removió, fulminándolo con la mirada más sin decir palabra alguna, caminando hacia donde sabía, Hyung Sik lo esperaba.

Con un suspiro, el pelinegro siguió a Pete hasta la oficina; su mano se afianzó en su arma cuando Hyung Sik sentó al pelicastaño sobre su regazo, besándolo apasionadamente al tiempo que sus manos se encargaban de recorrer su cuerpo bajo su ropa.

Su respiración pareció dificultarse cuando Hyung Sik murmuró algo en el oído de Pete y éste se tensó por segundos, casi de forma imperceptible, extendiendo su cuello para facilitar el acceso y jadeando ante el roce de la lengua de Hyung Sik en su piel, totalmente indiferente a su presencia en el lugar.

—Tu trabajo de hoy es especial, Vegas— Hyung Sik dijo sin dejar de acariciar a Pete—, hoy viene un muy buen amigo del Velvet, sus donaciones siempre son generosas, por lo que sería de mal gusto tenerte apuntando con un arma su cabeza.

Frunció el ceño. — ¿Entonces?

La sonrisa de Hyung Sik se amplió, forzando a Pete a levantarse de su lugar. —Te quiero fuera, seré yo quien se encargue de evitar que mi joya se vea perjudicada.

— ¿Usted, Señor? —preguntó confundido.

—Hoy no viene solo; así que necesito que luego te encargues de que mis dos joyas especiales los atiendan con honores una vez mi Pete termine con ellos. No debemos decepcionarlos.

—Pensé que Kinn era quien se encargaba de custodiar y preparar sus joyas, Señor...

Lo vio perder todo atisbo de sonrisa, arqueando una ceja al escuchar sus palabras. — ¿Pensaste? Tu jodido trabajo no es pensar, Vegas. Es cuidar que mi joya esté a salvo cuando yo así lo diga; y ahora no hay lugar más seguro que estar a mi lado, así que no te necesito cerca hasta que su presentación termine.

Escuchó en silencio aquella orden y sólo entonces se permitió mirar directamente al pelicastaño. El aire se estancó en sus pulmones cuando vio la expresión de terror en Pete; su rostro se encontraba pálido y sus ojos rogaban de forma silenciosa por ayuda en algo que no alcanzó a comprender en aquel instante.

— ¿Qué mierda estás esperando? No te necesito aquí, ve a esperar fuera de una vez—. Hyung Sik ordenó con cierto fastidio al ver que Vegas no se movía.

El pelinegro miró una última vez a su protegido, inclinándose en una pequeña venia de obediencia, saliendo de la oficina al fin.

 Pete exhaló, temblando tenuemente; mordió su labio con fuerza, intentando controlar sus reacciones, pues sabía que nada bueno saldría de negarse a aquella presentación. —Bebé, sé que lo harás increíble para ellos. Me encargaré de que te luzcas, mi joya. Te amo más que todo.

Su mentón tembló, obligándose a sonreír. —Sé... Sé que lo harás... También te amo, Hyung Sik.

Dejó que Hyung Sik entrelazara sus dedos para guiarlo fuera de la oficina, guiándolo hacia aquel cuarto que sólo utilizaba para sus audiciones. Humedeció sus labios, caminando hacia aquel escenario improvisado que tan bien conocía, ignorando a los dos hombres que esperaban por él y permitiendo que Hyung Sik lo desvistiera con cuidado.

Los ojos de Pete se mantuvieron cerrados ante las suaves caricias que recibió antes de que Hyung Sik empujara su cuerpo con brusquedad contra el suelo, arrodillándolo con violencia. Inhaló profundo, intentando distraerse de lo que vendría de forma infructuosa.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now