Capitulo 28

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Se ovilló en la cama, cerrando sus ojos al sentir cómo el cansancio emocional comenzaba a asfixiarlo de forma inevitable. Había llegado junto a Vegas luego de aquella discusión, pero se sintió incapaz de seguir enfrentándolo.

Su capacidad de control desaparecía por completo cuando sus emociones se desbordaban de aquella forma. Ni siquiera recordaba con certeza cuánto tiempo había pasado desde que algo así sucedía, sin embargo, ahí estaba, queriendo desaparecer si de esa forma podía dejar de sentir otra vez.

Hyung Sik se había encargado de demostrarle que su amor era lo único que importaba. Que sin importar qué o quién, no había algo que pueda ser mejor que estar a su lado...

Mordió su labio, enredando con fuerza las sábanas en sus dedos mientras las imágenes de momentos vividos años antes se mezclaban con su realidad, recordándole con burla que cualquier emoción que pudiese sentir, no tenía cabida en su mundo.

Pero allí estaba, sintiéndose tan miserable por desear algo de un hombre que no podía siquiera permitirse desear. Sabiendo que estaba arriesgando su vida y la de Vegas por lo que creyó un simple juego de poder, pero que ahora lo consumía.

Escuchó los golpes en su puerta, ignorando por completo las peticiones de Yerim por verificar su estado, maldiciendo mentalmente cuando pese a todo, la puerta se cerró y la cama se hundió con suavidad a su lado.

—Dime qué sucedió, Pete... —. susurró, acariciando suavemente su espalda en un intento desesperado por sacarlo de aquella burbuja en la que se vio abstraído desde que puso un pie en el apartamento—.Pete... ¿Qué fue lo que el Señor Hyung Sik hizo esta vez?

Una risa amarga escapó de los labios de Pete, removiéndose en la cama para enfrentar a Yerim, hundiendo su cabeza en el regazo de ella, porque su estado nada tenía que ver con el hombre al que se debía. —Hyung Sik... Hyung Sik prometió darme el mundo... Hyung Sik nunca rompe sus promesas, Yerim...

Repitió sus palabras demasiadas veces apenas en un susurro, intentando que aquella idea volviese a hacer sentido en su cabeza como antes, sintiendo la humedad agolparse bajo su rostro sin notar que eran sus propias lágrimas las que comenzaban a caer sin parar.

Acarició su cabello, respirando profundo para contener el dolor que provocaba ver a Pete de aquella forma.

De los años a su lado, Pete jamás se había quebrado de aquella forma, por lo que siempre se preguntó qué tanto daño había provocado Park Hyung Sik como para que tuviese naturalizada su realidad.

Pete tenía tan arraigada la idea de pertenencia hacia Hyung Sik, que ni siquiera los golpes lograban que sus emociones perdieran todo el control como en ese momento.

Era primera vez que veía esta parte de él y en cierta forma, pese a estar sufriendo por no poder hacer algo más , sintió el alivio de saber que Pete seguía conservando parte de su verdadero ser; que era capaz de sentir algo más que lo que Hyung Sik provocaba.

—Lo odio tanto, Yerim...

Suspiró, comprendiendo fácilmente que Pete no estaba refiriéndose a Hyung Sik. — ¿Lo haces?

—El mundo me pertenece... ¿Por qué entonces me siento tan vacío? —dijo con su voz quebrándose—, ¿Por qué no lo entiende? ¿Por qué duele tanto, Yerim?

— ¿Qué sucedió?

Se abrazó al cuerpo de Yerim, como si de esa forma pudiese escapar de sí mismo y sin responder las dudas de la chica, porque en realidad tampoco podía comprenderlo por sí mismo.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now