Capitulo 15

478 71 16
                                    

Mordía su labio con insistencia, paseándose de un lugar a otro sin poder retener la ansiedad que estaba sintiendo al no poder contactarlo.

La noche había caído hace un largo rato , más se negaba a buscar refugio pese a sentir su cuerpo ser sacudido por temblores debido a la temperatura.

No importaba. No era primera vez que pasaba frío o hambre; no es como si en aquella casa alguien se hubiese preocupado por su bienestar de todos modos. No al menos hasta que Minjae llegó a su vida.

—Mierda, ¿Dónde estás? —susurró, afianzando el agarre de sus propios brazos a su alrededor, odiando no tener una forma para comunicarse con Minjae, descubriendo que sus temblores parecían ser más por el miedo ahora.

Su labio tembló, temiendo lo peor como cada vez que Minjae decidía ir por algún trabajo que les de  alimento por al menos un par de días; miró su mano, acariciando su argolla para buscar tranquilidad y confiando en que era un simple retraso.

Él llegaría y todo estaría bien. Él siempre volvía. Minjae era lo único bueno de aquel mundo que los había dejado atrás sin contemplaciones y no debía temer.

Minjae volvería a su lado, como cada día.

La respiración se estancó en su garganta cuando lo vio al fin, arrastrando sus pies y buscando soporte en lo que fuese estuviera en su camino. Corrió hacia él, recibiendo el peso de su cuerpo sobre sí mismo cuando lo rodeó con sus brazos, escuchando su respiración salir en pesados golpes, como si estuviese luchando por seguir oxigenando y mantenerse consciente.

—Dios, Dios, Dios... ¿Dónde estabas? ¡Minjae! —rogó por una respuesta, mas Minjae sólo rió con dificultad, aferrándose a Pete.

Lo encaminó a aquel depósito abandonado junto al puente; aquel que llevaba haciendo de un 'hogar' desde que decidieron que la vida fuera de aquel horrible refugio era mejor que seguir soportando todo aquello.

Porque un poco de lluvia filtrándose y empapando sus cuerpos era mejor que una lluvia de golpes cada vez que algo no les parecía a sus 'padres'.

Porque intentar que el frío no los terminase por llevar a la muerte estando juntos, era mejor que ser lanzados a aquel sótano, desnudos y en pleno invierno, esperando que así comprendieran que no debían desobedecer órdenes.

Lo arrastró hasta su cama improvisada, conteniendo la respiración mientras desnudaba a Minjae para verificar su estado, viendo su cuerpo cubierto de golpes. Su novio sonrió, sosteniendo su nuca para besarlo con lentitud, queriendo eliminar la preocupación en Pete.

—Dios, ¿Qué ocurrió? —. Pete mordió su labio, angustiado al verlo, negándose a tocarlo en demasía para no aumentar sus lesiones.

—No es nada, conseguí el dinero, estaremos bien por unos días.

Se levantó, masajeando su cabeza para tranquilizarse. — ¡Detente! Deja de hacer esos malditos trabajos... Deja... Deja de arriesgarte así. Se supone que estaríamos bien, que escapamos de ese infierno... Debe haber otra forma...

Minjae rió, sentándose con dificultad ante el dolor. —Mi amor, ¿Qué más puedo hacer? Nadie quiere darnos trabajo, no existimos para el mundo... Somos basura y lo sabes.

—No importa. Si estamos juntos va a estar bien; por favor detente... Yo podría...

Minjae extendió su mano, sonriendo cuando el pelicastaño cedió, montándose sobre su regazo y abrazándolo con cuidado de no empeorar sus lesiones.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now