Genshin Impact, Brisa a Través de Teyvat 『 1 』

Capítulo 68 - ¿¡Imposible!?

Derrotada, Jean solo suspiró. "Bien, entonces compraré una bebida sin alcohol... ¿Estás feliz? Ahora, ¿lo has visto?"

Diluc puso una sidra de manzana en la mesa del bar y recibió a su Mora.

"Lo hice. Más temprano. ¿De qué se trata todo este asunto?" Finalmente miró al grupo de personas poderosas junto a ella.

Para él, parecía que definitivamente algo estaba pasando.

De hecho, lo descubrió en el momento en que vio a Yomite, pero de alguna manera, en lo más profundo de su mente, negó la posibilidad. No creía que Yomite fuera tan cercano a Jean como para que ella le creyera e incluso planeaba contactarla esta noche.

"¿Finalmente vas a lidiar con los Fatui en la ciudad? ¿O tal vez con la Orden del Abismo? Tal vez... ¿Acaparadores de Tesoros?"

"Ninguno de ese tipo... No... Somos..." Le dolió decir esto, "Vamos a tratar de convencer a Stormterror de que deje de atacar nuestra ciudad y si eso sale mal... entonces matarlo podría ser nuestra única opción..."

"... ¿En serio? Nunca hubiera pensado que esto saldría de tu boca, Jean, pero ahora tiene sentido." Diluc miró a Yomite y su grupo, "Así que le dijiste, supongo."

"Bueno, sí, nos dijo que la contactáramos si encontrábamos algo que pudiera salvar a Stormterror, y así lo hicimos." Yomite respondió con indiferencia.

"Es como dijo el Caballero Honorario Yomite... Pero actualmente extrañamos a Kaeya y él ha estado actuando de manera extraña desde que regresó del Templo del Lobo... Se olvidó de publicar el informe diario dos días seguidos ahora, y no estoy seguro-"

La mirada aguda que le dirigió Diluc la hizo tragarse el resto de la oración.

Tomó un sorbo de su bebida, observando cómo los motores de la mente de Diluc se volvían tan claros como si su frente fuera transparente.

"Él... nunca se olvidaría de entregar algo. Nunca."

"Así que hubo algo hoy con él, ¿Supongo?" Jean preguntó.

Las manos de Diluc continuaron moviéndose mecánicamente, limpiando vaso tras vaso.

"Él... se estaba comportando raro, ahora lo veo."

Jean sabía que Diluc era el tipo de persona que necesitaba hacer algo repetitivo para que su mente funcionara mejor que de costumbre.

Así que hacer todos los arreglos para la noche en la taberna sería útil cada vez que necesitara reflexionar sobre algo.

Sabía que había dado en el clavo cuando la sola mención de Kaeya hizo que Diluc se enfadara.

Simplemente le dio más datos en los que pensar.

A veces se encontraba muy sorprendida de cómo realmente parecían dos caras de la misma moneda.

Todas las bromas sobre dejar el trabajo a un lado,

Por lo general, Kaeya llegaba a una conclusión de un problema mucho antes de que ambos lo hicieran, aunque en su mayor parte parecía despreocupado y desinteresado con cualquier problema que estuviera sobre la mesa.

Sin importar qué actividad pudiera estar realizando, la mente de Kaeya simplemente nunca se detendría.

Podría haber sido perezoso, desinteresado, aburrido, pero cuando se trataba de trabajar, era inteligente, agudo, activo, con iniciativa e imparable.

Nunca se atrevería a pensar que alguien que pensó incluso en los detalles más pequeños cometería un error de esta naturaleza. Dos veces seguidas.

"Sé dónde podemos encontrarlo... Sígueme." Diluc dijo y puso un letrero que decía "Cerrado" en la ventana de su pub. Mencionó algo sobre reunirse con alguien en la plaza del pueblo en una hora más o menos.

***

A medida que el sol continuaba poniéndose en el horizonte, había una cantidad inusual de personas reunidas en las calles o descansando casualmente en sus ventanas, lo que hizo que Jean se sintiera aún más tímida al estar sentada en una caja en un callejón estrecho donde podían ver el El restaurante Good Hunter todo el tiempo está suficientemente cubierto.

"Entonces, recuérdamelo de nuevo... ¿Qué diablos estamos haciendo aquí?" Yomite dejó escapar una pregunta perfectamente normal debido a la extraña situación en la que se encontraba.

Actualmente estaba hacinado dentro de uno de los callejones, justo entre Hu Tao y Fischl, con Lumine muy cerca de él.

Como Lumine era mucho más baja que él, apoyó la barbilla en su hombro derecho para ver más claramente mientras estaba parada sobre sus talones.

Yomite se sintió mal por ella.

Cambiaría con ella de inmediato si pudiera, pero estaba bastante atrapado allí a menos que otros decidieran mudarse.

"Estamos observando", respondió Jean rotundamente, tratando de no invadir el espacio personal de Yomite.

La posición en la que se encontraba no podía llamarse exactamente cómoda, ya que ni siquiera podía estirar sus largas piernas sin temor a patear la espalda de Yomite.

"Ahí viene", señaló Diluc a Kaeya, que acababa de llegar a la plaza.

"Tenemos ojos." Jean dejó escapar un comentario sarcástico inesperado.

Pero como la mayoría de las cosas, esto también tenía una explicación detrás.

Todos los presentes estaban enojados con Diluc, ya que tomó el mejor lugar para él.

Tenía suficiente espacio para él, mientras que cinco de ellos tenían que amontonarse en un callejón.

En ese momento, un elegante par de zapatos negros hizo que el adoquín se rompiera cuando el usuario se detuvo en seco.

Luego estaba Kaeya Alberich, con un gran ramo de flores de seda rojo fuego.

Las flores de seda eran algo parecido a una rosa del mundo original de Yomite.

Vestía ropa casual que consistía en una camiseta negra ajustada que mostraba su pecho cincelado y un par de pantalones marrones.

Al principio se mostraron escépticos, ¡Pero ahora estaba claro que en realidad iba a tener una cita!

Diluc reconoció sus esfuerzos, "Se ve decente. Aun así... Nunca hubiera pensado que se desviaría de su camino por algo como esto... No le queda bien en lo más mínimo..."

"Esta es la primera vez que lo veo así y es raro..." Señaló Yomite.

Jean entrecerró los ojos y ahogó su risa, "Eso de hecho lo confirma... ¡Está súper nervioso! ¡Mira!"

Kaeya se movió inquieto en su lugar, mientras se rascaba las manos y ocasionalmente la nuca. Todo su cuerpo sentía picazón por alguna razón y seguía abriendo y cerrando las palmas de las manos porque estaban demasiado sudorosas.