Capítulo №1

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Muchas veces dije que no volvería a este lugar, que lo amaba pero no quería regresar luego de todo lo que me había pasado. En aquel entonces, con 16 años pretendía cosas de la vida que estaban fuera de mi alcance, cosas que, hasta el día de hoy, veía como gigantes. Sin embargo aquí estoy, se ve que el escarmiento no fue suficiente porque me encuentro parada en el mismo lugar, frente a mi casa de la que huí despavorida; teniendo la misma alegría que 4 años atrás en dónde quise un nuevo comienzo, siendo una tonta ilusionada.

Bajo del auto y estiro mis piernas luego de cuatro horas de viaje sin parar para llegar más rápido. No es sorpresa, mi familia me espera pero aún así me pone un poco ansiosa el hecho de verlos, ha pasado un año desde la última vez que estuvimos juntos. Golpeo mis nudillos en la gran puerta blanca, y dos segundos después, mi madre me recibe con un gran abrazo.

—July —susurra mientras acaricia mi espalda con suavidad.

—Hola, mamá.

Es una buena madre, no siempre tuvimos una gran relación, pero aún así la quiero e intento no guardarle rencores por cosas del pasado. Supongo que su gran recibimiento se debe a que no viviré con ella como en años pasados, de lo contrario no estaría tan feliz de verme. Entramos a la casa, todo sigue igual y por el silencio y tranquilidad, evidentemente no hay nadie. Luego de ir al baño y quitar mis sandalias, me recuesto en el sofá a descansar y refrescarme, hace mucho calor.

—¿Dónde está Josh? —pregunto mientras la observo llegar de la cocina con un refresco.

—En un momento ya debe estar aquí, quiso salir temprano para recibirte, pero no ha vuelto aún —explica.

Me entrega el refresco y seguido se abre la puerta con el recién nombrado pasando por ella. Josh, él es hijo del esposo de mi mamá, se puede decir que es un hermanastro aunque siempre lo consideré un amigo. Sigue viviendo con ellos porque aún estudia, es el último que quedó en la casa porque Brenda hace algunos años también se fue a vivir a otro lugar.

—¡Pequeña July!

—¡Joshua!

Me pongo de pie para abrazarlo fuerte, y aunque mantenemos el contacto permanente, lo extraño mucho cada día. Cuando nos apartamos toma mi mano y me hace girar para verme por completo.

—Wow, sí que estás preciosa.

—Siempre lo estuve —respondo obvia en broma—. Tú sí que has crecido —digo mientras aprieto sus brazos.

Suelta una carcajada y tomamos asiento en el sofá para ponernos al día.

Los tres nos acomodamos a conversar, tengo tantas cosas que contarles y ellos a mí. Comienzo a emocionarme de haber venido, en algún punto me arrepentía y sentía que la oferta de trabajo de mi hermano me traería problemas. Él es un agente inmobiliario y también socio en una empresa constructora de la ciudad. Mi idea en un principio era mudarme y conseguir empleo en una empresa administrativa —ya que en la costa no hay mucha salida de trabajo— pero a mi hermano se le ocurrió esa idea y mientras tanto me quedaría con él en su casa. Vivir juntos no es un problema, nos llevamos bien aunque él puede ser un hermano muy controlador.

No niego que es el trabajo con el que siempre soñé, pero temo que dentro de ese sueño se esconda el monstruo de mi pesadilla. Y por monstruo me refiero a mi ex, con quién las cosas no terminaron de la mejor manera. Para peor la empresa es suya y no hay alternativa de que no lo vea o tenga que hacer algún tipo de convivencia. Ahora que lo pienso, es demasiado descarado trabajar ahí.

—Ven a ayudarme con el almuerzo —pide mi madre.

—Ahí voy —Me pongo de pie y abandono a Josh para seguir a mi mamá—. Muero de hambre —digo en el camino. 

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now