Capítulo №25

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—¿Qué planes tienes para hoy? —pregunta Christian mientras estiramos.

Lo observo a través del gran espejo y suspiro, por ser miércoles estoy agotada.

—Cocinaré para mi hermano y unos amigos —contesto a desgano.

Su expresión se torna de sorpresa, como si hubiese dicho una locura.

—¿Así como una empleada doméstica?

—Más o menos, es que no saben cocinar y me ha pedido ayuda, de paso comeré con ellos, son mis amigos también.

La idea me agrada y también me enfada. Cuando Tobías dijo que vendrían Phil, Ethan y Caleb a cenar, y si por favor podría cocinar, me lo tomé a mal. Y no por tener que hacerlo, sino que me someta a estar en un ambiente tan reducido con Et.

Sigo muy molesta.

—Bueno —interrumpe mis pensamientos—, como hoy es el último miércoles del año y la despedida es el viernes, pero no vendrás por la que tienes en tu trabajo —Suspira—, ¿qué te parece si salimos a cenar y te llevo a bailar Blues y Jazz?

—Cenar me queda complicado —Frunzo mis labios con pena.

—Hagamos esto —propone y sus ojos se ponen maquiavélicos—, cenas ahí y te paso a buscar más tarde, escapas y no podrán retenerte. ¿Qué tal?

Lo pienso, y aunque sé los resultados de esa acción, no me importa un carajo.

—De acuerdo —acepto entusiasta.

—Así me gusta, morena, ¡decidida!

Río de sus comentarios y me pongo de pie. Recojo mis cosas del suelo a desgano y vuelvo a suspirar. Creo que me desinflaré de tanto hacerlo, pero mi mal humor no se va, está estancado.

—No te incomoda salir conmigo ¿verdad? —consulta con ambas manos entrelazadas a la altura de su estómago.

—No. ¿Por qué lo haría? —Frunce sus labios y ladea la cabeza.

—Porque hay personas que lo ven extraño o con segundas intenciones, pero en realidad es que me gusta pasar tiempo con las personas que comparten mis mismas pasiones —explica y lo entiendo a la perfección.

Soy de esas personas que pueden tener miles de amigos, encuentros y demás cosas, y no tener segundas intenciones, de hecho a veces me considero muy ingenua en ese sentido.

—Me pasa igual —confirmo.

—Entonces tema olvidado —Cambia de tema—, hay un lugar al que hace bastante voy y me encanta.

—¿Qué debo ponerme?

—Vestido y zapatos altos, de negro. Tamaño, diseño y lo demás, a tu elección. Paso por ti a las once.

—Perfecto. —Christian me guiña un ojo y se desaparece tras las cortinas que dividen el lugar.

***

—¡Julieta! —Esa es la bocina que Tobías tiene por boca—. ¡Saca a este maldito gato de aquí! ¡Me ha arañado un saco!

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now