Capítulo №41

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Me doy una última mirada al espejo y noto que estoy hinchada, es decir, estoy subiendo de peso demasiado rápido, en diez días de tomar todo lo que el doctor me ha dicho y de recibir la comida que Ethan compra en las noches, los resultados son notorios.

Me he puesto unas calzas engomadas, también unas botas por la rodilla y por encima una blusa de color negra pegada al cuerpo. Aun no se nota mi vientre y debo aprovechar a vestir así, me pregunto si los pechos me crecerán, quiero tenerlos grandes.

Coloco un poco de brillo labial y salgo de mi habitación, Ethan me espera recostado en el sofá que compró. Me molesté pero puso la excusa de que era para él ya que pasa tiempo aquí y no hay donde descansar.

—¿Cómo estoy? —pregunto y me giro para que me vea completa.

—Hermosa, tanto que no quiero que salgas así. —Mis hombros se caen—. Te ves distinta —agrega cuando me ve con un poco más de detenimiento y me pongo nerviosa al instante.

—Si en la noche comemos como vacas, y además me recupero de la delgadez, el doctor dijo que sería rápido —Me excuso y vuelvo a la habitación para tomar mi saco.

Cada día se hace más pesado no decirle del embarazo, yo por el contrario estoy acostumbrándome y en ciertas ocasiones, olvido que él no lo sabe y temo se me escape. Las ganas de decirle son grandes, pero no me siento segura, realmente no sé qué espero, pero necesito que él lo tome bien, que no le resulte algo malo ni pesado. Me gustaría que se sienta así como yo, feliz de tener un bebé suyo, en ningún momento me pareció algo malo, por el contrario, no entro en mi cuerpo de la felicidad.

Hace frío, entramos en el mes de mayo y como mañana es primero de mes, es feriado por el día del trabajador y nos juntaremos todos en un bar, hablo de todos por el grupo de amigos de Tobías y Et. Lamentablemente Brenda estará ahí. Casi me negué a ir, pero Ethan insistió en que vaya y obviamente accedí.

En el camino Ethan me va platicando y tratando de convencer con su propuesta, la cual me encanta y siempre he soñado con ella, pero me parece horrible de la manera en que lo conseguí.

—Sólo dime que lo pensarás.

—Me encanta la idea de trabajar contigo —comento entusiasta—, pero me parece muy sucio, Et ¿qué dirán de mí?, sobre todo con lo que pasó en la oficina con la perra.

—¿Desde cuándo te importa lo que piensen los demás?

—Desde el momento en el que yo también me sentiré como la acomodada, la que se peleó por el puesto y se salió con la suya.

Et suspira y continúa sin apartar la vista del camino. Tal vez estoy siendo tonta en no aceptar trabajar junto a él, pero así lo veo y lo siento. Y además tengo miedo, no sé si estoy capacitada para eso y no quiero avergonzarme a mí y a él por mi torpeza. No sé si puedo ser tan efectiva como la gata oxigenada.

—Voy a tener que contratar a alguien más entonces.

—Mientras no sea otra muñeca Barbie —advierto mientras miro por la ventanilla tratando de que no vea mi molesto rostro.

Escucho una pequeña risa de su parte.

—Hay una chica que ya ha pedido el puesto.

Obviamente me giro y lo asesino con la mirada, Ethan termina por atragantarse con su propia risa.

—Está bien, lo intentaré —accedo decepcionada de mi poca fuerza de voluntad.

Realmente tengo miedo de trabajar con Ethan, ¿y si se cansa de tenerme ahí cerca todo el tiempo? A mí no me molestaría mirarlo todo el tiempo. La realidad es que temo quedar como una baldosa cuadrada frente a él.

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now