Capítulo №20

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Ante la repentina pregunta de Ethan quedo un poco confundida. «¿A qué se refiere con interesante noche?»? Tobías se da vuelta y me sonríe, ahora recuerdo que es su cumpleaños y me acerco a saludarlo.

—Feliz cumpleaños —susurro y lo estrujo en mis brazos y seguido darle múltiples besos en las mejillas.

—Gracias, hermanita —El abrazo es fuerte y por un segundo, abro mis ojos veo a Et mirarme fijo.

Sus ojos se ven severos y gélidos, dignos de un misterio sin resolver. Pero no quiero que se sienta especial, de hecho, desvío mi mirada y lo ignoro, o más bien, le resto importancia. 

—Hola, castaña —saluda y siento la burla en sus palabras, como si estuviese molesto conmigo.

—Hola, señor Connolly —replico con sorna.

Su sonrisa es automática, se lleva la mano al mentón y ladea su cabeza incrédulo. Tobías sigue con lo suyo, pero sé que no se pierde detalle de lo que hablamos.

—¿Desde cuándo tantas formalidades? —pregunta curioso y se muerde el labio inferior.

—Desde que eres mi jefe —explico obvia y rogando no reír por tan patético e infantil acto.

—Tu jefe soy yo —interviene Tobías sin girarse.

—Espera —responde Et y toca el brazo de mi hermano llamando su atención—, que desde siempre ella iba a ser mi secretaria, ese era su sueño —asegura y clava sus ojos en mí, como si me lo reprochara.

—Era. —Es lo último que digo y salgo de la cocina.

No sé qué expresión tendrá Et, pero no podía soportar más ese palo removiendo en la herida. Sé lo que quiere hacer, siempre tendré la culpa, siempre estará dolido y pretende castigarme en cada oportunidad que tenga.

—Hola, mamá —Saludo ni bien la encuentro sentada bajo el gran árbol.

Con ella se encuentra Bryan, Josh y por lo que me han dicho, también ha llegado Brenda. Momentos después la veo a lo lejos, en la piscina. Trae una malla entera, de esas que son escotadas hasta la boca del estómago y el cavado sube hasta la cintura. «Era preferible una bikini». Pero es obvio el motivo, ese tipo de traje la estiliza, hace que su voluptuosa figura se vea mejor. Como siempre elige el color verde, olvidaba esa fascinación que tiene con el verde, que según ella con el cobre de su cabello le combina a la perfección.

«Para mí parece una lagartona».

Luego de saludar a mi familia, me acerco a la piscina, donde se encuentra «la lagartona», y por suerte los chicos, Stev, Phil y su novia, Caleb, Marian, unas chicas que hace años no veía y algunas personas más que no conozco y los chicos me presentan.

—¿Vas a meterte o qué? —inquiere Phil, para poder verme se cubre el rostro ya que tengo el sol detrás de mí. Con mi pie toco la temperatura y el agua está helada.

—Permiso —hablan desde atrás.

Me giro un poco y observo a Et pararse junto a mí, preparándose y esperando que todos hagan espacio para lanzarse al agua. «Se ha quitado el short. ¡Dios! Lleva un pequeño bañador, esos que usaba cuando iba a natación». Lo hace, se lanza y obviamente cae impecable. Todos le hacen el festejo aplaudiendo obvios, burlándose pero a la vez felicitándolo. Cuando sale, como si fuese un comercial de perfumes, se escurre el cabello y quita agua del rostro, luego llega hasta el borde y se queda junto a Brenda y Marian.

—Te vas a poner más morena ahí —comenta Caleb desde un costado y ríe.

Decido meterme.

Pero yo no sé tirarme al agua como Et. Me quito el pequeño short y tras reírme y ponerme de todos los colores por los silbidos y comentarios de los chicos presentes. Camino hasta la escalinata. Todos bufan y se burlan en desacuerdo que no salte, pero más que mostrarles el dedo del medio y encogerme de hombros no hago.

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now