Capítulo №19

184 32 0
                                    


Estamos a las afueras de la academia de danzas, aunque ahora venimos al club. Los chicos y chicas me esperan, pero por las dudas quise que mi amiga me acompañe, de igual forma no iba a negarse, le encantan los antros. Me observo en el espejo frontal de acompañante y aplico brillo labial.

—¿Estás lista? —Le pregunto a Marian, que también se arregla en el espejo.

—Obvio sí.

Bajamos y llegamos hasta la entrada, con los tacones y las faldas cortas se nos ha complicado mantener el equilibrio por la calle empedrada. Le muestro las invitaciones de color rojo al chico de la entrada y pasamos. Cruzamos una cortina roja de terciopelo y nada más pasar un pequeño pasillo, aparece el gran club. Es inmenso, mucho más de lo que se ve desde las escaleras, frente a nosotras hay muchas mesas y sillas ocupadas, un largo pasillo y al fondo, la gran pista y escenario. A ambos lados dos grandes barras y todo cubierto con grandes luces de colores cálidos. Ni hablar de la música latina que suena, me encanta.

Cruzamos el pasillo agarradas una a otra y voy saludando a algunas caras conocidas de la academia. En este lugar se nota la diversidad de edades que hay, jóvenes, adultos y algunas personas mayores. Cuando llego a la zona de la pista nos corremos hacia un costado, casi chocando con la barra, busco entre las personas para ver si veo a alguien de los que me esperan, pero nada. Hasta que miro a la barra y veo a Christian sentado detrás de la caja registradora.

—Ese es el profesor —Lo señalo mostrándoselo a Marian.

—¡Por Dios! —Se asombra mi amiga—, es un monumento... —Desde aquí veo como se le cae la baba.

—Vamos que te lo presento —digo a la par que le sujeto la mano y nos acercamos al monumento.

Christian se ve concentrado contando dinero, habla con los clientes y ríe de todo lo que pasa a su alrededor. No me esperaba que trabajase aquí también, pensé que venía a divertirse y animar el lugar como todo el resto.

—¡Buenas noches! —saludo sorprendiéndolo, me mira y sonríe ampliamente.

—Julieta —susurra a modo de saludo, me mira de arriba a abajo y luego posa sus ojos en Marian.

—¿Cómo estás? —respondo y seguido decido presentar a mi amiga—, ella es Marian, una amiga.

Ambos se saludan cordialmente, intercambian algunas frases genéricas de presentación y luego se hace el silencio, ese incómodo.

—¿Quieren tomar algo? —Nos ofrece él y accedemos.

Nos da unas cervezas bien heladas, y lo agradezco, aquí dentro hace muchísimo calor; por suerte tomamos asiento en unos taburetes junto a él. Se acercan dos compañeras de la academia y también les presento a Marian; el momento se pasa entre risas y charlas. Pero ahora me encuentro en estado de ebullición, por desgracia se me ha ocurrido entrar a Facebook, nada más abrirlo se me llenó el muro de imágenes de Et, pero eso no es todo, en una de las tantas fotos, lo veo muy pegado a una pelirroja.

Qué asco.

—¿Salimos para que veas fotos de Et? —inquiere Marian.

La miro de reojo molesta, pero es obvio que no es con ella, sino con lo tonta que me siento.

—Ya sé.

Suspiro y guardo el teléfono. Vengo a divertirme, no debe o más bien no tiene que importarme lo que Ethan hace.

—¿Qué me cuentas, morena? —pregunta Christian interrumpiendo la charla mental que tenía con Marian.

—No mucho —respondo con pesadez.

Castigo Caos#2 Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin