Capítulo №6

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—¿Cómo estoy? —Le pregunto a Tobías cuando llego a la sala.

Se encuentra sentado en el sofá con cara de estar aburrido, seguro por estar esperándome todo este rato que tardé en arreglarme. Mi maquillaje solo, me costó más de una hora, mi pelo es lacio de por sí, y bueno, lo más trabajoso fue convencerme a mí misma frente al espejo de que el vestido me queda bien. Me da una rápida mirada y asiente en aprobación.

—Hermosa, valió la pena la espera —dice mientras se pone de pie y se acerca.

—Gracias —agradezco mientras entrelazo mi brazo con el suyo.

En el camino hasta el salón de fiestas se hace tranquilo y relajado. Tobías va contándome algunas cosas y la verdad es que me pone realmente feliz encontrarme con todos mis seres queridos otra vez. Aunque hay una persona en particular que me causa rechazo.

Mi hermana, Brenda.

No la he visto en dos años y tampoco hemos mantenido contacto. Las cosas habían quedado demasiado tirantes desde que me mudé. Nunca supe cuál era su problema conmigo, se pasó toda la vida reprochándome de que a mí me daban todo lo que a ella no. Cuando a fin de cuentas, ella tenía todo, o por lo menos, el amor y la aprobación de mamá. Siempre se han llevado mal y discutían mucho mientras vivían juntas, pero siempre supe que Brenda era la preferida de mamá y también por lo que papá y Tobías siempre se mostraron sobreprotectores conmigo. Ella tiene una forma de ser mucho más avasalladora que la mía, por lo que siempre frente a ella me cohibo.

Cuando llegamos al lugar me sorprendo con la decoración, se ve todo hermoso y elegante. Obra de mamá. El salón no es demasiado grande, creo que son algo de cien personas y aun no muchos invitados presentes. Todo está iluminado por diminutas luces led haciendo la noche más intensa; las mesas y sillas vestidas de blanco con unos grandes arreglos florales en medio, una pista de baile, un pequeño escenario y una gran y tentadora barra.

Nos acercamos a la mesa donde están Josh, Lara —hermana de Josh— y por último, Brenda. Se pone de pie y nos espera sonriente, luce un vestido verde ajustado a su cuerpo que hace resaltar sus pronunciadas curvas, sus ojos y su cabello rizado color cobrizo que le llega hasta la cintura. No voy a negar que se ve hermosa y deslumbrante.

«Tal vez debí comprarme un vestido de color más vivo».

—July —saluda ella cuando llegamos a la mesa y me da un fingido abrazo, luego le da uno a Tobías y continuamos con el resto de la mesa.

Seguramente nuestros padres cuando lleguen se sienten con nosotros, ya que hay muchos lugares libres, cinco para ser exactos. Y por más que nos acomodamos, decido levantarme y dar unas vueltas por el salón. La barra está llamándome, pidiendo que vuelva a beber pero también pienso en lo que me costó todo el día para recuperarme de la resaca de anoche.

No puedo con mi genio y termino pidiendo un Martini, he aprendido a beberlo por mi padre, le encanta esta bebida, me apoyo de costado en la barra mientras espero a que el barman la prepare, sé que es una pose poco femenina en la que me encuentro, pero me importa una mierda. Presiento que esta noche tendré que volver a sumergirme en el alcohol.

—Buenas noches —saludan desde atrás, me giro reconociendo la voz y encontrando a Ethan apoyado en la barra de la misma forma que yo.

—Ethan —susurro y me acerco a besar fugazmente su mejilla, aspiro su aroma y, huele a Hugo Boss.

—July —responde dulcemente y también besa mi mejilla.

Él me mira de arriba a abajo, y yo hago lo mismo con él, está usando un traje negro, y se ve de lo más bien. Sonrío a penas recordando a aquél muchacho que vestía de jeans desgastados, camisetas y deportivas, que lucía sus tatuajes y cadenas, y sobre todo, que pasaba todo el día despeinado. Hoy el cambio es notorio, bajo ese elegante traje no se ve nada de eso, su cabello está perfectamente acomodado y su rostro impecable, con esa barba recortada.

Castigo Caos#2 Onde histórias criam vida. Descubra agora