Capítulo №7

232 37 4
                                    

Quedo impactada ante las palabras de Ethan. «¿Qué quiso decirme?», ¿que en el pasado tenía paciencia porque era una niña estúpida? Sin dejar pasar un minuto más, lo sigo dentro del salón. Quiero una explicación, ¿acaso hablaba entre líneas? ¿Quién se cree para decirme que no me ilusione? ¿Y por qué supone que iba a hacerlo?

Al pasar la puerta y dar un vistazo al salón, veo las luces bajas y un reflector apuntando hacia la entrada. «Maldita sea, mi madre y Bryan». Como todos se ponen de pie y miran hacia ese lugar, no me queda más que quedarme quieta. Busco a Ethan con la mirada y me cuesta encontrarlo. Hasta que doy con él, está a unos pocos metros, apoyado contra la pared, mirándome y sonriendo. Sabe que lo estaba buscando y le divierte. Me acerco cuidando de no llamar la atención hasta quedar a su lado, todos nos dan la espalda y aprovecho para acercarme a su oído.

—¿Qué quisiste decirme? —inquiero y gira su cabeza logrando que sus labios rocen los míos.

—Sé que entiendes... —dice y con el dedo índice pica en la punta de mi nariz.

Como siempre hizo.

—Quiero que me lo expliques como si tuviese diecisiete años —pido mordiendo las palabras. Su mirada va de mis ojos a mis labios y está tan cerca que ya se están rozando.

—No me gusta dar explicaciones —determina—, y eso lo sabes —susurra muy despacio.

La música comienza, giro mi cabeza para ver a mi mamá y Bryan entrar de la mano. La verdad es que no termino de entender para qué hacen tanta ceremonia, sólo cumplen cinco años de casados, no es que me moleste, porque se ven realmente enamorados, pero no deja de resultarme ridículo y pomposo, aunque no es tanto como lo que hicieron para su boda. Las luces se suben y todos acercan a saludar, me giro para ver a Ethan y encontrarlo viendo al tumulto de gente.

—¿Vienes a saludar? —pregunto y niega con la cabeza seguro.

—No, sabes que no me gusta mucho la gente. Iré a la mesa y los saludaré cuando lleguen ahí —avisa y sin decir más se aleja por un costado.

Atravieso la gran cantidad de gente y me acerco a saludar a mi madre y su marido favorito. La verdad es que no tengo nada en contra de Bryan, pero no somos muy cercanos en comparación con la mujer de mi padre que es muy amable.

Cuando termino con esa pantomima me acerco a la mesa, Ethan no se encuentra en ella por lo que me giro buscándolo y lo veo apoyado en la barra mirando algo en su teléfono. Cambio de rumbo repentinamente tratando de que nadie lo note y llego hasta él. «Puedo ser muy persistente si me lo propongo», aunque así fue como logré que esté conmigo en el pasado, se negaba rotundamente​ alegando los años de diferencia y bueno, sus problemas con las relaciones por sus cosas personales, «cosas de las que me enteré demasiado tarde».

—Un Martini por favor —pido lo demasiado alto para que se note mi presencia.

Lo veo pegar un respingo ya que estaba demasiado concentrado en lo que hacía. Se gira y me mira con una pequeña mueca que simula sonrisa.

—¿Con todo lo que bebiste anoche no le tienes asco al alcohol? —pregunta y culmina con una pequeña sonrisa.

Se apoya de costado en la barra a unos pocos centímetros y espera mi respuesta. «¿Debería responderle o contestarle con sus mismas palabras?».

—Soy a prueba de todo —respondo con un encogimiento de hombros, muerde su labio y niega ligeramente con la cabeza.

—No hay duda de eso —afirma.

Llega mi Martini y él pide Ron dorado, su bebida favorita. Tomo asiento en el taburete quedando hacia el salón, Ethan me imita y quedamos viendo a los invitados y mi familia.

Castigo Caos#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora