Capítulo №40

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El domingo almorzamos con papá y luego de pasear y comprar algunas cosas, en la tarde emprendimos la vuelta a casa. Me costó, a pesar de esos episodios malos que tuve, la pasé muy bien. Ethan estuvo genial y no se generó ese ambiente pesado y cargado de malestar. Todo lo contrario, ambos nos veíamos súper bien juntos.

Al anochecer cada uno fue a su casa, pero a eso de las diez de la noche —cuando ya estaba por meterme a la cama—, Ethan me sorprendió apareciéndose por el apartamento. Traía helado y llegó con intenciones de pasar la noche. Dijo que al otro día entraba más tarde a trabajar porque no estaría en la empresa.

Y entre tiras y aflojes admitió que comenzó a extrañarme y quería dormir conmigo, lo que más me gustó fue que no tuvimos sexo, y no es porque no quiera tenerlo, sino por el solo hecho de lo que significa pasar una noche sin segundas intenciones. Puedo asegurar que no me habré despegado en toda la noche, lo abracé y así permanecimos hasta el día de hoy.

Suspiro, a pesar de estar nerviosa por lo que debo hacer, me siento confiada, estoy segura que no estoy embarazada. Trato de no permitir que ese miedo opaque lo contenta que estoy, las cosas con Ethan están avanzando y será cuestión de tiempo para que volvamos a como estuvimos antes.

He salido del trabajo para no faltar otro día más y también para poder cumplir con la cita que Phil me consiguió. Espero en la sala abarrotada de mujeres con unas barrigas enormes y me convenzo más de que no puede ser que yo vaya a ponerme así, no me creo que lo esté. Y esta maldita ansiedad hace que me coma las uñas.

Me pongo de pie y comienzo a caminar, ya es mi turno pero aún no llama. El repiqueteo de mis zapatos llama la atención de varias mujeres y me miran como si fuese un bicho. ¿Acaso es por mi ropa? Simplemente traigo una falda tubo color negra y alta por la cintura, también una camisa blanca y una chaqueta corta, tal vez no me veo como una embarazada.

—Windfield.

Por fin es mi turno. Tras una sonrisa y asentimiento en respuesta, me acerco a la puerta e ingreso. El doctor se pone de pie y tras mirarme de arriba a abajo, me estrecha la mano. Es joven, más de treinta, moreno y delgado. Cabello muy corto y ojos negros, algo de barba y una pequeña sonrisa pícara con hoyuelos.

—Toma asiento por favor.

Lo hago, me acomodo y comenzamos a hablar el por qué de mi visita —el por qué real—, que es aquel control que Phil me sugirió. Pero en estos días el motivo ha cambiado y le comento de mi sospecha de embarazo y los resultados de las tres pruebas.

—Es algo raro que quedes embarazada tomando píldoras —comenta algo confundido—, pero es posible, de hecho si tu cuerpo ha tenido variantes hormonales puede pasar.

—Tengo muchos problemas hormonales desde niña, esta no es la primera sospecha de embarazo.

Asiente y suspira pensando.

—Cada cuerpo es un mundo, hay mujeres a las que les ligan las tropas y así y todo quedan embarazadas.

—Espero no sea mi caso —confieso nerviosa.

—Está bien —responde chequeando algo en su computadora—. Lo correcto sería el examen de sangre, pero te tomaría algo de ocho horas el resultado por la demanda.

—Estoy en horario de trabajo.

—Te haré una ecografía.

—Gracias.

—Si sale negativo deberás hacer tus otros chequeos y ahí no puedo apresurar nada.

—No hay ningún problema —accedo amable.

Castigo Caos#2 حيث تعيش القصص. اكتشف الآن