Capítulo №9

262 35 8
                                    

Me acomodo en el asiento de copiloto y espero a que Tobías ponga en marcha el auto. Es de mañana temprano, el día está nublado, pesado y caluroso; nos dirigimos hacia el edificio Connolly, él va a trabajar y de paso me lleva hacia la entrevista. También me ha dicho que por más que comience mañana, tendré que quedarme con él todo el día para ir poniéndome en ambiente y me agrada la idea. Es mi primer trabajo, pero me siento como el primer día de escuela.

Voy retocando mi maquillaje de manera excesiva en el espejo de acompañante. Soy algo compleja y me gusta estar impecable, detesto estar sin maquillaje, me incomoda. Puedo ver a Tobías dar miradas raras, seguro pensando en decir algo para joderme, pero sabe muy bien que sigo furiosa por lo del sábado en la madrugada y no creo que se atreva. Casi lo agarro a bofetadas, no sólo por arruinar el momento con Ethan, sino por creerse no sé quién para venir a disponer de mí y ordenarme como si fuese una niña. Creo que mis gritos y los suyos deben haberse oído hasta la esquina, por suerte ningún vecino se ha quejado.

—¿Crees que estoy bien vestida? —pregunto insegura.

Llevo una falda tubo por encima de las rodillas y una blusa de modal color verde agua, también unos tacones aguja. No he tenido tiempo y dinero para ir a comprar ropa de oficina, aunque siempre tengo algo sobrio en el clóset. Tobías resopla un poco molesto, creo que se lo he preguntado varias veces pero cada vez nos acercamos más al edificio y me pongo más nerviosa.

—Estás genial. Mejor que algunas putas que trabajan hace años ahí —confirma sin verme y río por el adjetivo que usó para las chicas.

Sé que si me viese mal, me lo diría. Sin decir más nada, me apoyo dura y tiesa en el respaldo del asiento y trato de que no se me mueva un pelo, no quiero que se arrugue la ropa o se estropee mi obra de arte. Puedo ser un poco excesiva, lo sé.
Cuando damos con el inmenso edificio, siento cosas moverse en mi estómago. Nervios. Una vez que dejamos el auto en el estacionamiento, nos dirigimos a la entrada del edificio, entrelazo mi brazo con el de Tobías y le sigo el paso hasta el ascensor.

—No estés nerviosa —pide amable cuando nos acomodamos dentro de la caja metálica. Las personas que entran con nosotros nos observan curiosos—. Estás contratada, ya te dije que esto es protocolo —asegura dándome una gran tranquilidad.

—Lo sé —afirmo y asiento, me enderezo y respiro más calmada.

La verdad es que no son nervios de si van a contratarme o no, sino de lo que tenga que hacer, si podré o no, no quiero equivocarme, siento mucha presión de que muchos conocidos trabajan aquí, principalmente todos los Connolly, también me llego a cuestionar si me llevaré bien con todos o si alguien me apuntará con el dedo por ser acomodada de los jefes. Pienso demasiado. El líquido de alisado para el pelo me está dañando las ideas.

Cuando salimos doy con el noveno piso, donde ya estuve el viernes por la mañana. Hoy todo parece más tranquilo, la recepcionista me sonríe desde lejos y se la devuelvo. Caminamos por un pasillo, pasamos de largo el de la oficina de Tobías, y tras golpear una pequeña puerta y escucharse un «adelante», la abre. Lo primero que veo es a Caleb —el chico de la fiesta—, sentado detrás de un escritorio, cuando nos ve automáticamente aparece esa sonrisa que nunca descansa. Me sorprendo, no me habían dicho que trabajaba en la empresa, hasta creía que era amigo de Ethan y Tobías nada más.

—Tobías, Julieta —saluda mientras se pone de pie y acerca.

Del otro lado del escritorio hay una chica con una muy mala cara que cuando nos ve baja la vista. Saludamos a Caleb y nos quedamos parados a un costado de la pequeña oficina. El recién nombrado se acerca a la chica y le dice algo desde cerca a lo que ella asiente y lentamente se pone de pie para abandonar el cuarto. Doy un vistazo a todo, se ve muy acogedor, tiene un pequeño balcón y las paredes forradas de archiveros y libros. Ahora que lo pienso giro mi cabeza y me pregunto qué hacemos aquí. «¿Él es el encargado de entrevistarme?».

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now