Capítulo №22

201 36 4
                                    

La noche se ha descontrolado un poco, bueno, en realidad mucho. Los presentes están bajo el efecto de lo que fumaron y el alcohol. Una que está sumamente ida es Brenda, no la creía de esas, pero Ethan está intentando controlarlos a todos, o por lo menos está sentado vigilando y riéndose de las estupideces que hacen. Yo he intentado acomodar un poco, también quitando todo del jardín antes de que venga la tormenta, el cielo está de color rosado y se respira un calor agobiante, también hay una brisa cálida que no me gusta nada.

—Va a venir una tormenta —Le aviso a mi hermano cuando Jane lo deja libre.

Tobías se acerca a mirar el cielo y cuando lo verifica, va hasta los presentes y los invita a retirarse por las dudas.

—¡Se viene el agua! —anuncia y comienzan a reírse—, váyanse a la mierda.

—¿Desde cuándo eres meteorólogo? —Le preguntan burlonamente.

—Ven, Tobie —Lo llama Ethan—, acá tengo un termómetro, sopla y dime la temperatura.

Todos menos Tobías comienzan a reír a carcajadas y el nombrado termina por ofenderse y echar a todos. A todos menos a Jane. Obviamente para asegurarme que Et no se vaya, tomo asiento a su lado a modo de retenerlo. Brenda hizo un berrinche pero terminó por irse con Stev ya que estaba muy mal para manejar o tomarse un taxi solo. Ahora viene el momento incómodo en donde los cuatro estamos en el living, sentados unos frente a otros y no sabiendo cómo escapar.

—¿Vamos a mi apartamento? —susurra Ethan en mi oído, de igual forma no nos oyen por la música.

—Es demasiado evidente —respondo y blanquea sus ojos con pesadez.

Me pongo nerviosa al instante, estoy quedando como una estúpida delante de él, pero es que la mirada de mi hermano es difícil de ignorar. Me da vergüenza.

—¿Te quedas a dormir, Jane? —consulto para sacar un tema de conversación.

—Sí, a menos que alguien me lleve a casa... —responde con claras intenciones de quedarse.

—Si quieres yo te llevo —ofrece Ethan con desgano y giro mi cabeza como un resorte.

—¿Vas a conducir con la tormenta? —inquiero y trato de que se dé cuenta, pero me mira sin reparo y asiente.

—Aún no hay tormenta, vayan tranquilos —interviene Tobías y ahora sí lo asesino con la mirada.

No espero a que nadie diga nada más, la noche se ha estropeado y de nada sirve rogarle a Et que se quede, evidentemente no quiere o no tiene ganas. Me pongo de pie y tras un ‹Buenas noches, Jane›, me dirijo a prisa a la habitación.

Las ganas contenidas de romper algo y llorar hacen que el estómago se me retuerza. Voy al baño a alistarme para meterme a la cama, pero no me dormiré, esperaré pacientemente a que Ethan se retire, porque eso es lo que Tobías quiere, pero más le vale que Jane no se quede, porque les echaré agua helada mientras estén cogiendo. Quiero golpear a mi hermano, maldita sea, sé que me dormiré pensando en las miles de cosas que quiero decirle. Cuando salgo del baño camino a la cama y al ver los relámpagos, noto que la tormenta ya está aquí arriba.

—¿Vas a dormir? —Pego un respingo al escuchar a Et.

Cuando me giro totalmente asustada lo encuentro apoyado en la pared junto a la puerta del baño, le he pasado por al lado y no me di cuenta. Tiene una pequeñita sonrisa dibujada y frota sus manos lentamente.

—Vas a matarme del susto, Et —recrimino mientras lo veo acercarse.

—Voy a hacerte muchas cosas menos matarte, no literalmente —bromea y sonríe.

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now