Capítulo №13

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Al llegar a la oficina y encontrarme con Jane, me dispuse a acomodar mi sector. Solamente puedo ponerme a tono con papeles y esas cosas, por más que mi sector (cubículo), está armado y listo, aún deben configurar mi computadora. Me relaja un poco más, eso me da tiempo a entender mejor las cosas y no pasar vergüenza cuando tengan que explicarme las cosas más de una vez.

Jane está parada a mi lado, apoyada en una de las paredes y mientras me platica de algo que le ocurrió anoche, termino de sacar cada una de mis cosas de uso personal, sé que suena trillado y tonto, pero me gusta poner fotos y cosas que me recuerden a ciertas personas y situaciones.
En el cuarto de la casa de mi padre, tenía todo el techo lleno de fotos, me recostaba en la cama y las observaba. En ellas estaban todos los amigos que había hecho aquí, mi familia y camuflado para que Paul no lo notase, estaba Et. Los cuadernos de la universidad, casilleros, y demás lugares siempre estuvieron llenos de sus fotos. Pasaba horas observándolo, martirizándome con el hecho de haberlo dejado, muchas veces me lo cuestioné no creyendo la estupidez que había hecho, Ethan era mi sueño hecho realidad, mi mayor fantasía y por no ser fuerte y soportar, lo eché a perder. Ahora obviamente no puedo poner sus fotos con él dando vueltas, aunque viéndolo a diario, no creo que me haga falta. Muchas veces pienso si en algún punto de mi vida me he obsesionado con él, también siempre se me cruzó por la mente que sólo haya estado conmigo por pena, por ver a una niña tonta enamorada y no querer defraudarla. «Me da mucha curiosidad saber si —a pesar de las últimas palabras—, realmente Ethan me amaba o no».

Pero me ha demostrado que no.

—¿Te apetece salir hoy? —pregunta Jane sacándome de mi nube.

—No lo sé —dudo recordando la salida del fin de semana—, es entre semana y mañana debo madrugar.

Pareciese que fue hace mucho y aún no se cumple una semana desde que me mudé. Siento que me han pasado muchas cosas ya, que fue intensa.

—Será un after, es temprano, no es de madrugada, todos trabajan mañana.

—Puede ser —dudé.

—Hay una bar hermoso en el centro, es nuevo...

—¿El de los irlandeses? —Me adelanto y asiente sorprendida—. Ya estuve ahí el viernes —cuento.

—Bueno, genial, iremos los chicos de la oficina —comenta pensativa, me llego a cuestionar lo que pueda estar pensando.

—Supongo que no hay problema —acepto viendo la oportunidad de integrarme bien, no quiero quedar como la apartada rara, porque además me gusta salir y hacer nuevas amistades.

—Bueno, nos vemos en el almuerzo// —Se despide—, una vez que agarro el teléfono no lo suelto —agrega y suelta una carcajada—, me hablas cualquier cosa, no dudes, Jul.

Asiento sonriendo a todo eso que dijo enérgicamente y la veo girarse con un gesto sensual bromista, pero no da dos pasos que vuelve a girar y acercarse.

_El mal nacido viene hacia aquí —advierte y seguro que por mal nacido se refiere a Et.

En sólo un segundo siento mis nervios encresparse, miro a mi alrededor viendo que no haya nada que me delate de las fotos y esas cosas, y veo a Jane irse disimuladamente en cámara lenta. Pensé que se quedaría. Decido hacer de cuenta que no me han avisado, busco papeles imaginarios y cuento los segundos que puede tardar en llegar hasta aquí. Al pasar unos cuantos y no tener señales del mal nacido, deduzco que tal vez se ha ido a otro lado y no venía hacía acá. Pero es mejor, no quiero enfrentarme a otra situación traumática.

—Azafrán —dice a mi lado haciéndome saltar de mi lugar.

Levanto mi cabeza del susto encontrando a quien suponía, Ethan está apoyado con sus antebrazos en la pared del cubículo y sus manos cuelgan dentro de este. Por las mangas de su camisa y saco —además de ese increíble y carisimo reloj—, logro visualizar los tatuajes de sus brazos.

Castigo Caos#2 Where stories live. Discover now