Al día siguiente Betty se fue a trabajar, pero estaba tan preocupada que no se fijó bien y tropezó, cayendo y lastimándose la rodilla, se sintió tan aturdida y le dolía tanto la rodilla que llegó con 15 minutos de retraso a la oficina.
El ascensor se cerró justo cuando estaba por subir y le tocó subir por las escaleras, lo que la retrasó más y se arrepintió por no haber esperado a que el ascensor volviera a bajar, ya que el dolor en su pierna le dificultaba caminar. Para colmo apenas llegó se dio cuenta que don Armando estaba igual o más preocupado que ella por el plan de negocios, porque, aunque solo estaba con casi 20 minutos de retraso, él ya estaba esperándola furioso y al parecer Patricia y don Mario tampoco llegaban, lo que aumentó su rabia.
Don Armando empezó a recriminarle por su llegada tarde, pero no la dejaba hablar, por lo que, sabiendo qué es lo que le preocupaba a don Armando, lo soltó de una, ya que por más que intentaba explicar no la dejaba.
- El plan de negocios está listo, doctor -Le dijo Betty, con los ojos húmedos y el rostro agraviado.
¿Cómo se atrevía a hablarle así? Ella nunca llegaba tarde, por un día que se retrasó debido a su caída ¿La estaba tratando así?
- ¿Cómo dijo? -Preguntó Armando repentinamente silencioso y ya no tan enojado.
- El plan de negocios está listo y en mi oficina, doctor. Lo terminé ayer antes de irme -Le repitió Betty-. Ahora se lo traigo.
Betty cojeó hacia su oficina y regresó con el plan de negocios, entregándoselo a don Armando en la mano.
Armando había olvidado por completo que tenía las llaves de la oficina y el cajón de Betty, por lo que no se le había ocurrido buscar ahí, así que apenas tuvo el plan de negocios en su mano, lo empezó a revisar rápidamente, ahora muy feliz al darse cuenta que todo estaba en orden.
Entonces, levantó la mirada y finalmente se dio cuenta que Betty no estaba bien, principalmente porque justo en ese momento sus gafas se cayeron solas y se dio cuenta que no tenía una de las patitas. Solo entonces la miró bien y se notó que su falda también estaba desarreglada y tenía una mancha de sangre en la rodilla.
- Betty, ¿Qué le pasó? ¿Por qué está sangrando? -Le preguntó Armando preocupado- ¿Y qué les pasó a sus lentes?
- Ahh, me caí mientras venía para acá -Le dijo Betty más tranquila ahora, pero todavía dolida por la actitud de don Armando-. Iré a curarme a mi oficina, permiso.
- No, no, nada de eso -Le dijo Armando arrepentido-. Vaya donde Inesita. Ella le limpiará la falda y le ayudará a curarse esa herida.
- Yo... está bien, gracias don Armando -Le dijo Betty también un poco más calmada-. Permiso.
Betty llegó al taller de don Hugo y éste la miró feo, pero al ver que no estaba bien, se calmó.
- ¿Qué le pasó, moscorrofio? -Le dijo don Hugo.
- Me caí, don Hugo -Le dijo Betty-. Don Armando me envió con Inesita para que me ayude a curarme y con la mancha de mi falda.
- Bueno, por lo menos tiene consciencia ese mercachifle -Dijo don Hugo-. Inesita, ayúdela, yo ya regreso.
Luego de eso él se marchó a producción.
- Venga niña -Le dijo Inesita mirándola con pena-. Sáquese esa falda y siéntese aquí.
- Gracias Inesita -Le dijo Betty con una sonrisa, esa señora era realmente una persona de gran corazón.
Al ver que sus gafas no estaban bien, Inesita le dio algo para taparse y llamó a Freddy quien arregló rápidamente las gafas, mientras Inesita cuidadosamente la curó y vendó su rodilla, luego limpió la falda hasta que desapareció la mancha de sangre. Solo entonces se la devolvió para que ella se lo pusiera.
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FEA, PERO NO ESTÚPIDA
FanfictionEsta es la historia de Betty, pero con una Betty no tan confiada y mucho más decidida con lo que quiere en la vida. Pareja: Aun no decidida. Estoy indecisa al respecto de la pareja, pues simplemente no he logrado encontrar a la pareja perfecta de es...