Parte 45

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PARTE 45

El siguiente mes fue realmente agotador para todos y aunque Armando no le mencionó nada a Betty respecto a lo que había dicho Marcela sobre su supuesto embarazo, ni Betty le había mencionado algo sobre ese tema, mientras más la observaba, más seguro estaba de que ella realmente estaba embarazada.

Tenía una nueva afición por los dulces y sí, sabía que era nueva porque no recordaba haberla visto con dulces en su oficina antes de mudarse a la vicepresidencia financiera; además, todos y cada uno de ellos tenía sabores exóticos al igual que las mermeladas.

Había hablado con su hermana por teléfono y en una de ellas le preguntó por los antojos y síntomas de las mujeres embarazadas. Camila se había mostrado bastante curiosa al respecto, por lo que, aunque no quiso explicarle el motivo de sus preguntas, ella de todos modos le había contado, así que, aunque los sabores no eran en absoluto incomibles o desagradables, todavía eran cosas a las que Betty no había estado acostumbrada, a juzgar por sus propios comentarios al respecto.

Además, Betty se veía constantemente cansada, con sueño, pero su rostro se había redondeado ligeramente y se veía mucho más alegre. Una vez más, podrían decir que era normal, pues Betty estaba verdaderamente emocionada por el montaje de la nueva empresa, pero su hermana aseguró que una mujer embarazada tenía un brillo especial en sus ojos, algo que él veía con más fuerza cada día que pasaba, por lo que se empeñó en cuidarla más que antes.

Afortunadamente Daniel sólo se había presentado en un par de ocasiones en la empresa y eso cuando realmente tenían algo que entregarle en persona, pues sabía que estaba tan o más ocupado que ellos tratando de organizar todo en su trabajo.

Tenía entendido que llevaba varios años sin sacar sus vacaciones, por lo que estaba tramitando todo para sacarlas todas juntas, supuso que para poder manejar Ecomoda sin tener que renunciar inmediatamente, algo que le confirmó que Daniel sólo tomaría la presidencia de Ecomoda como una prueba, no con interés real por hacerla crecer.

Ahora que sabía esto, no entendía cómo es que no se había dado cuenta desde antes, pues era lo mismo que Daniel había querido hacer cuando su padre anunció su retiro, pero él no lo había relacionado con una posible liquidación de la empresa.

Este conocimiento le dolió y por un momento sintió deseos de retroceder, pues Ecomoda era un lugar que realmente había amado desde que tenía memoria y pensar que podía desaparecer en unos meses, le resultó un pensamiento insoportable.

Aun así, tan rápido como el pensamiento apareció, lo desechó; pues realmente nada cambiaría si retrocedía, por lo que sabía que su decisión era la mejor, era el momento de dar un paso al costado y dejar que sus padres y los otros socios se encarguen de decidir el futuro de Ecomoda, ya que él tampoco era mejor que Daniel para la empresa; de ahí que estuviera decidido a iniciar algo propio.

Si Ecomoda terminaba siendo liquidada, sus padres lo odiarían, lo sabía, pero él y sus sueños no combinaban con Ecomoda y lo que los otros socios querían, así que prefería soportar el odio de sus padres que terminar entregándoles una empresa en ruinas o vivir día a día culpándolos por sus propias frustraciones.

Como si esto fuera poco, con el asunto de Betty y el bebé las cosas cambiarían bastante en el futuro, pues sus padres probablemente no aceptarían a Betty y él no estaba dispuesto a sacarla de su vida.

En el momento que la idea de quedarse en Ecomoda había pasado por su mente, aparte de sus propios motivos por los cuales hacer esto sería una verdadera estupidez, recordó que Betty no podría quedarse con él. Ella no se lo había dicho directamente, pero ahora que estaba más pendiente de ella se había dado cuenta de la actitud del cuartel cada vez que aparecía Marcela cerca de la oficina de Betty y la misma Betty parecía tensarse a la vez que sus ojos se llenaban de enojo apenas la veía.

FEA, PERO NO ESTÚPIDAWhere stories live. Discover now