Parte 38

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Mientras el infierno parecía haberse desatado en la oficina de Armando, al otro lado de la puerta todos estaban absolutamente conmocionados.

Ni Armando ni Marcela habían hecho nada para bajar la voz en medio de su discusión, por lo que todos se enteraron de lo que estaba sucediendo y no podían creer que Armando realmente hubiera terminado su compromiso con Marcela y estuviera a punto de abandonar Ecomoda.

Todos querían saber qué es lo que estaba sucediendo realmente, pero nadie tenía respuestas, por lo que el cuartel interrogó a Aura María y a Mariana, pues ambas habían trabajado en presidencia, pero ninguna de ellas sabía nada al respecto, por lo que todas se dirigieron hacia la siguiente persona que podría darles información y, probablemente, la única que realmente sabría lo que estaba sucediendo... Betty.

Sin embargo, Betty no les dio ninguna información y las del cuartel estaban muy molestas.

- Chicas, lo lamento, pero no tengo nada que decir respecto a las decisiones de don Armando, si él tiene algo que informar, lo informará a su debido tiempo. Ahora, por favor, regresen a sus escritorios antes que alguno de los dos salga y las encuentre pendientes de su discusión.

Les dijo Betty, tranquila, pero firme en sus palabras.

- Betty, usted no puede hacernos esto, tenemos derecho a saber lo que está sucediendo, también trabajamos aquí y la renuncia de don Armando es algo que también nos afecta. Si él se marcha, vendría el doctor Valencia y él nos echaría al primer día.

Dijo Bertha, verdaderamente molesta.

- Bertha, entiendo su preocupación, pero no me corresponde a mí hablar sobre las decisiones que él haya tomado. Repito, lo que sea que el doctor Armando quiera informar, lo informará personalmente. Así que, por favor, regresen a sus escritorios, porque yo no les diré absolutamente nada.

Declaró Betty.

- Betty, mi hija, no sea así. Mire que usted misma me ayudó a ascender a Secretaria de Presidencia, si don Armando se marcha, me convertiría en la secretaria del doctor Valencia y a él no le gustamos ninguna de nosotras.

Reclamó Aura María.

- Aura María.

Habló Betty, mirándola duramente.

- Me alegra que recuerde que es la secretaria de presidencia, entonces, también recuerde que, por el momento, usted es secretaria de don Armando, así que siga las indicaciones que le di al momento de ser ascendida, y quédese tranquila. Porque si sigue así, no tendrá que preocuparse por ser despedida por don Daniel, sino por don Armando. En el momento en que él quiera informar algo al personal, lo informará, hasta entonces, quiero a todas en sus escritorios trabajando normalmente si no quieren que hable con el doctor Gutiérrez.

Ordenó.

- Sé que están nerviosas, las entiendo, no son las únicas, pero el trabajo no se detendrá debido a eso, así que Aura María y Sofía tendrán que entregarme el trabajo que les indiqué puntualmente como siempre. En cuanto a Bertha, Sandra y Mariana, dependerá de sus respectivos jefes lo que tengan que hacer, pero no quiero que estén distrayendo a Sofía y Aura María interrogándolas sobre temas que ellas no conocen, porque tengo mucho trabajo pendiente y no tengo tiempo que perder.

Sentenció. Luego suavizó un poco su mirada para dirigirse a Inesita, quien también se veía preocupada y algo molesta por su falta de información.

- Inesita, lo lamento, usted ha sido más que amable conmigo desde que llegué a esta empresa, y la aprecio sinceramente, pero usted trabaja con don Hugo, así que supongo que también sabe lo que es tener un jefe temperamental, por lo que le pido, por favor, no me ponga en una situación complicada, porque lo único que sucederá si insisten en hacerme preguntas, es que yo me niegue a responder si sé o no algo sobre lo mencionado por don Armando y terminaremos enemistadas.

FEA, PERO NO ESTÚPIDAWhere stories live. Discover now