reencuentro

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La noche anterior fue una total tortura, estuvo en vela pensando en todo y en nada a la vez.

Odiaba sobre pensar, odiaba sentirse así de solo. Giraba una y otra vez entre las sábanas, tratando de conciliar el sueño, pero lo logro hasta pasadas de las cuatro de la mañana.

Dormiría poco, tal cosa le abrumaba pues cuando no dormía bien, su humor al día siguiente era difícil de soportar.

Aunque sabía que debía mostrarse como siempre, feliz y confiado, no conocía a Cocca y era claro que debía de comportarse educado.

En la mañana se preparó de mala gana, iba tarde y estaba totalmente consciente de ello, aun así, no había nada más que hacer.

Corrió hacia el lugar donde se suponía que se encontraban todos sus compañeros; los vestidores. Antes de llegar ya lograba escuchar un par de voces.

—Buenos días. —hablo cuando entro al lugar, su respiración agitada era completamente notoria. Las miradas de los jugadores y director se dirigieron hacia él, pero una en específico se sentía diferente.

—Pinche Kevin, que puntual. —soltó jocoso Edson Álvarez, haciendo a todos reír por el comentario. Diego no podía dejar de mirarle, hacía años que no lo miraba.

—Ya, ya. Perdón. —exclamo Kevin uniéndose al centro.

—Un gusto Álvarez. —saludo Cocca.

—Mucho gusto, Tec. Gracias por convocarme. —el jugador del Pachuca estrecho su mano con Cocca de manera amable.

—Ponte el uniforme, por favor, te esperaremos en la cancha. —pidió el director. —Claro, en unos minutos estaré afuera. —Kevin se dirigió a su lugar, en el cual estaba su jersey con nombre y número grabado. Junto a las demás cosas que usaban los futbolistas.

—Bien, fuera todos. —Diego acato la orden junto a los demás, sin embargo, mantenía la mirada hacia atrás, el pelinegro se encontraba quitándose la camiseta que llevaba puesta, para sustituirla por el jersey de México.

Sus tatuajes... Diego sintió un cosquilleo en el estómago, estaba seguro de que eran mariposas.

Permaneció lo suficiente con la mirada fija en Kevin, retiro su mirada hasta que estuvo lo suficientemente lejos y lo perdió de vista.

Al ya estar en el campo verde, esperaban por las órdenes del director técnico. —Lainez. —hablo Edson, acercándose al mediocampista.

—¿Que paso, Edson?

—Vi lo que acabas de hacer y necesito respuestas. —soltó Edson simple. Las mejillas de Diego se tornaron de un intenso carmín, su garganta se cerró.

—No te preocupes, después de esto podemos ir a tu departamento y hablarlo. —el más alto tomo del hombro a Diego, no cabe duda de que Edson era un gran amigo. —Digo si te parece. —el castaño asintió en respuesta.

—Muy bien, factor. —Edson se fue trotando al lugar que Cocca le había indicado.

—Diego Lainez, aquí por favor. —Lainez se dirigió de igual manera al lugar indicado.

Kevin llego corriendo a la cancha, ya con el uniforme puesto.

—Qué bueno que ya estás aquí Álvarez, colócate a un lado de Lainez, por favor. —Kevin al escuchar tal apellido, busco con la mirada al dueño.

Diego al ver como Kevin se acercó a él, sintió desfallecerse, no sabía a donde mirar, se había puesto nervioso en cuestión de segundos.

Kevin sin rechistar fue a donde le fue indicado.

Diego esperaba recibir al menos un saludo por parte del pelinegro ya que han pasado más de cinco años sin verse. Y son por así decirlo "conocidos".

Sin embargo, Kevin al llegar a su lugar mantuvo la mirada en el frente, con la mandíbula tensa, tratando de contener algo.

Le extraño tal acción, no esperaba que pasara tal cosa.

Diego le miraba de reojo cada que podía, pues el entrenamiento dio inicio.

Los ejercicios que hicieron estuvieron centrados en la coordinación, fuerza y velocidad, dejándoles al final a todos los jugadores bastante cansados.

Kevin retiro su jersey, pues ya estaba empapado en sudor. Bebía energizante y su cuerpo perlado en sudor hacía que brillara.

Diego traicionado por su mirada, solo disimulaba que no se agitaba por estar viendo a Kevin así. Que atractivo.

—Ya pueden retirarse, nos vemos mañana y puntuales, eh, Álvarez, no quiero fallas. —Cocca miraba divertido a Kevin, quien al escuchar su nombre rio con un poco de vergüenza, pero asintió.

Quienes descansaban se levantaron del césped, dirigiéndose a los vestidores.

La mayoría comenzó a desvestirse, ya que se tomarían una ducha rápida.

El lugar de Diego se encontraba al lado del de Kevin.

Ambos eran los últimos en vestidores, Kevin se quitaba los tachones, Diego retiraba sus shorts.

El mediocampista hacia sus actividades con mayor lentitud, esperando algo de Kevin.

Lamentablemente ese algo nunca llego, pues cuando Kevin se encontraba en ropa interior se levantó de su lugar y con prisa entro a las duchas.

Ignorando completamente la presencia de Diego.

Ni una palabra, ni una mirada.

Diego estupefacto, casi solloza ante la punzada de dolor que sintió en el corazón.

¿Qué le sucedía a Kevin?

Era momento de que Diego le contara todo lo sucedido a Edson, necesitaba sus consejos.  









rendido ➸ kevin x diegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora