decidido

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Luis regresó al departamento de Kevin, donde volvió a encontrarle nuevamente dormido.

—¡Kevin! —grito. El nombrado salto del susto.

—Qué bonita forma de despertarme. —murmuro Kevin.

—Claro que sí, yo siempre me preocupo por ti. —dijo Chávez de manera burlona. —Levántate por favor. —pidió. Kevin tardo un poco en hacerlo, pero ya estando de pie miro a su amigo.

—¿Para qué querías que me levantara?

—Porque vamos a hablar. —Luis salió de la habitación, siendo seguido por Kevin.

—Bien.

—Para empezar. ¿De qué hablarás con Diego? —pregunto Luis.

—Planeo disculparme con él. —¿Solo eso? —Kevin frunció el ceño. —¿Solo eso? ¿A qué te refieres? —la voz nerviosa de Kevin fue notoria.

—¿Solo le pedirás perdón?, entonces.

—Creo, no estoy seguro, pero es la razón principal por la cual iré.

—Kevin, ¿estás seguro? —Luis cuestiono.

—Si, Luis. Estoy más que seguro. —la sinceridad de Kevin fue algo positivo.

—¿Como planeas ir a verle? —Kevin no había pensado en tal cosa. No tenía respuesta.

—No te preocupes, te ayudare. —Chávez era una gran amistad. Kevin miraba confundido a su amigo. —¿Cómo me ayudarás? No puedo entrar al centro de alto rendimiento en este estado.

—Algo se me ocurrirá, por lo pronto te recomiendo revisar tu teléfono y comunicarte con Cocca. —Kevin se tensó al escuchar el nombre del director técnico.

—Ten. —Chávez tomo el teléfono de Kevin que se encontraba en la mesa de centro, para dárselo. Al encender el aparato, Kevin se sorprendió al tener tantas llamadas y mensajes.

—Se preocuparon por mí. —murmuro.

Kevin desbloqueo su teléfono, para luego llamar a Cocca, en un par de segundos la llamada fue atendida.

—¡Kevin Álvarez! Hoy es veintiuno de marzo. ¿Mañana que sucederá? Si, el partido en contra de Surinam el cual se supone serias titular. Pero por algún extraño motivo desapareciste. —la voz de Cocca sonaba molesta.

—Hola, tec. Si, lo siento tanto. Pasé por algo, no pude atender las llamadas. —respondió Kevin.

—Álvarez, te recuerdo que tú tienes un compromiso con la selección. Este tipo de cosas no pueden volver a ocurrir.

—Claro que no. Le prometo que esto no sucederá de nuevo. —Kevin hablaba, Chávez escuchaba atentamente.

—Por favor, el viernes te presentaras de nuevo en el centro de alto rendimiento. A las nueve de la mañana, puntual. —Cocca hablaba ya más tranquilo.

—Ahí estaré. —finalizo Kevin.

—Bien, adiós. —la llamada al fin termino.

Kevin miro a Luis. —El viernes quiere que este en el centro de alto rendimiento. ¿Voy a ir todo madreado?

Luis negó. —Para el viernes los moretes ya habrán disminuido.

—Bien. —Kevin tomo asiento en el sofá. —Tengo muchísima hambre. ¿No quieres preparar algo? —Luis tenía gran experiencia en la cocina.

—Ni que fuera tu sirvienta. —Luis respondió.

—Por favor, Luis. Estoy malito. —Kevin trataba de convencer a su amigo.

rendido ➸ kevin x diegoWhere stories live. Discover now