noche

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Por la tarde, Kevin y Diego regresaron al centro de alto rendimiento con maletas en mano, más que listos para el viaje.

En el trayecto al aeropuerto ambos viajaron juntos. Luego Cocca quería organizarles los asientos en el avión, a su manera, y cuando supieron que los acomodo separados Kevin tuvo que ir a suplicarle que Diego y el estuvieran juntos.

Afortunadamente Cocca acepto.

Luis y Julián tenían la ventaja de que, al ya haber formalizado, Cocca les daba el privilegio de estar juntos.

Al ya estar en el transporte aéreo. Kevin miraba por la ventana como el atardecer estaba en su punto más lindo.

—Mira, Diego. —con confianza poso su mano, en la pierna de Diego. El castaño dirigió su vista a donde Kevin apuntaba.

—Está muy lindo. —dijo Lainez.

—Lindo es poco. —Kevin admiraba los tonos tan lindos de los que el cielo estaba teñido.

El suave azul del cielo, junto a las nubes pintadas por los rayos del sol, de un amarillo tan fuerte y vibrante, una que otra se había teñido de rosa claro, aquel era un atardecer que digno de admirar.

—Ya vamos a despegar. —murmuro Lainez con cierto miedo, odiaba la sensación que sentía cuando el despegue estaba comenzando. Kevin despego la mirada de la ventana, para luego posarla en Diego. En cuestión de segundos notó como el castaño se aferraba al descanso del asiento.

—Ya pasará. —dijo en forma de tranquilizante. Mostró su mano a Diego, el castaño la tomo fuertemente. Sus corazones comenzaron a latir en una misma sincronía.

—¿Te digo algo? —Kevin esperaba no ser inoportuno.

—Sí, dime. —dijo Diego entre dientes.

—Me gustan los atardeceres, porque son muy lindos, pero no más que tú. —Diego al escuchar las palabras de Kevin sintió sus mejillas sonrojarse y una sonrisa tonta formarse en sus labios, además de que por acto de magia el miedo desapareció.

—Tú también eres muy lindo, Nahin. —respondió. Kevin miro hacia la ventana con cierta timidez. Se sintió como un adolescente.

Con el paso de las horas, pasaron hablando de temas al azar y al final se quedaron dormidos.

Cuando ya se encontraban Phoenix Arizona; el lugar donde se jugaría el partido de Estados Unidos vs México, sus compañeros de la selección mexicana se encargaron de despertarles.

Después de bajar del avión, el bus que los llevaría al hotel ya les esperaba. Ya era de noche.

Al llegar al hotel, Cocca les reunió a todos en la recepción. Kevin y Diego escuchaban al técnico atentamente, junto a los demás.

—Las habitaciones serán compartidas. —dijo Cocca a los jugadores. —Les pido que permanezcan en parejas. —Kevin y Diego se miraron al instante, el café y el verde uniéndose, tratando de dar a conocer sus intenciones.

—Los que ya estén con su pareja, pasen con los recepcionistas por la llave de su habitación, por favor. Descansen y mañana a las ocho de la mañana comenzaremos el entrenamiento. —sentenció Cocca.

—¿Quieres compartir la habitación? —cuando Cocca finalizo las indicaciones, Kevin pregunto al castaño, no quería sentir que estaba pidiéndole a Diego, algo por así decirlo, inapropiado.

Diego realmente no pensaba en alguien más que Kevin, como su pareja. Aparte de que le hacía bastante feliz el que Kevin tuviera la iniciativa para pedirle tal cosa.

rendido ➸ kevin x diegoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant