Karen

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Era una adolescente de 14 años que al levantarse para irse a la escuela sintió un pequeño, pero punzante dolor en el estómago. Estaba por desayunar cuando punzada se hizo fuerte y ella se dobló del dolor.

-¿Qué pasa hija?-preguntó su padre preocupado al verla.

-Me-dijo sintiendo otra punzada-me duele papá-dijo con dificultad.

-¿Qué te duele?-se acercó a ella.

Roberto se agachó para verla.

-Hija-le tocó la frente-no tienes fiebre.

-No es eso papá-dijo sintiendo otra fuerte punzada-es porqué tengo mi periodo, me duele muchísimo-dijo con lágrimas en los ojos.

-Mi amor-dijo con ternura-vamos al médico para que te de algo para quitarse ese fuerte dolor.

Karen volvió a su cuarto para cambiarse de ropa, se puso un pans para que no le apretara y aumentará su dolor. Roberto espero a que su hija saliera de su cuarto. Ella caminaba muy despacio, pues si quería ir rápido, le dolia. Su padre la tenia abrazada y la ayudó a subir al auto con mucho cuidado. Roberto manejo tranquilamente hasta el hospital, mientras manejaba le llamo al doctor, Manuel le dijo que tenía muchos pacientes que registrará a su hija con su secretaria y que en cuanto se desocupara la atendería y así lo hizo al llegar al hospital. Karen y su padre se sentaron en la sala de espera. El dolor cada vez se hacía más intento y Karen para ver si el dolor disminuia, puso su pecho en sus rodilla, aunque no funcionó por mucho tiempo. Era tanto el dolor que sentía que era inevitable que estuviera llorando. Roberto estaba desesperado por ver a su hija en estado, para tratar de ayudarle le sobaba la espalda, aunque realmente no sirvió para nada, Karen le sonrío a su padre, pues su gesto era de puro amor. Paso media hora, que para Karen fueron cómo horas, ya que uno de los pacientes del doctor cancelo a última hora la cita. Por fin pudo pasar con el doctor, quien con tan solo verla se dio cuenta de su estado. Roberto casi estaba cargando a su hija en peso, quien se movia muy despacio y encorvada.

-Buenas tardes Manuel-dijo Roberto amablemente.

-Buenas tardes-dijo serio.

-Hola doc-dijo con dificultad Karen.

-Hola peque-saludo con una sonrisa-Ponga en la camilla-le dijo.

Roberto la ayudó a subirse a la camilla.

-¿Dónde te duele?-preguntó acercándose a ella.

Roberto no quiso decirle a Manuel por teléfono que su hija tenía el periodo. Roberto se quedó junto a ella.

-Tengo mi periodo-dijo.

-Okey-dijo tranquilo.

Manuel se había imaginado algo completamente diferente.

-¿Desde cuando empezó a dolerte?

-Desde esta mañana, al estar desayunando para irme a la escuela, me dio una punzada pequeña, pero después se hizo más fuerte-aun se le salían las lágrimas.

-¿Ya te había pasado antes?

-No este dolor tan intenso.

-¿Va a estar bien?-preguntó Roberto.

-Si Roberto-le dio un palmada en el hombro derecho-muy bien linda-le hizo un cariño en la barbilla-voy a tener que hacer algo que no te va a agradar mucho-dijo un poco preocupado, pues Karen era una de sus pacientes de hacia años y la conocía muy bien.

-Lo que sea doc, ya no soporto tanto dolor-se quejo.

-¿Qué vas a hacer?-preguntó Roberto.

-Ponerle una inyección para quitarle el dolor-dijo.

-No-dijo Karen rápidamente sentándose, lo que provocó que le doliera mucho más.

-Te dije que no te iba a agradar, pero el dolor que tienes es muy intenso y solo una inyección te lo calmara-le informo.

-Por favor no-le dijo llorando.

-Hija-dijo Roberto-yo estoy contigo-le beso la frente.

Manuel llamó a una enfermera para que le llevara todo lo que necesitaba. Ella se volvió a acostar en la camilla. Karen estaba llorando, Roberto la tomó de las manos y le decía cosas bonitas, sabía del gran miedo de su hija a las inyecciones y sabía que sería muy difícil de convencer. El doctor terminó rápido de preparar el medicamento, puso la jeringa en el bolsillo de su bata. Se acercó a Karen.

-Cariño-le dijo su padre-volteate-le pidió con amor.

-Pa-dijo-papá, tú sabes que me dan muchísimo miedo.

-No duele Karen-le dijo el doctor con cariño-va a ser muy rápido, te lo prometo.

-Cariño, por favor, es la única manera de que el dolor se te quite por completo-beso su frente.

-Papá-dijo en forma de queja.

-Karen-le dijo serio-solo hay dos maneras de hacer esto, una lo haces por las buenas o por las malas y te aseguro que el resultado será el mismo-Roberto no quería ser así con si hija, pero el verla con tanto hizo que se desesperara.

-Esta bien-dijo con miedo de que su padre la agarrara por la fuerza-pero me abrazas.

-Por supuesto que si cariño-le hablo con amor.

Karen se puso boca abajo. Su padre la tenía abrazada, ella estaba llorando de dolor y miedo. Manuel le bajó el pantalón del pans de la parte izquierda y la ropa interior también. Rompió el envoltorio dónde estaba en algodón con el alcohol y se lo paso por el glúteo. Karen en reacción se puso dura.

-Karen, por favor no te pongas dura-le pidió-va a ser muy rápido y no lo vas a sentir, pero necesito que estés relajada.

-No puedo sabiendo que me vas a picar con una aguja-dijo desesperada.

-Piensa en algo bonito y no en esto-le dijo no queriendo reírse por lo que le acababa de decir.

-Amor-dijo su padre-a ti te gusta mucho ir a la playa, piensa en eso, cuando hacíamos castillos en la arena-le sonrío.

Ella se relajo. Manuel apretó el glúteo.

-Espera-dijo levantando la cabeza - cuenta-le dijo.

Roberto quiso reirse por lo infantil que su hija sonaba.

-Está bien-dijo Manuel-1, 2 3.

Karen se apretó.

-Karen, estas dura de nuevo.

-No lo puedo evitar.

-1-empezó de nuevo-2-le quito el capuchón a la aguja y con muchísimo cuido metió la aguja.

-¡Au!-grito brindando-tramposo no llegaste al 3-le reprochó-sacala ya-le dijo.

-No llegué porqué te ibas a poner dura de nuevo, ya casi termino-le dijo metiendo rápido el liquido-ponte flojita para que entre el líquido-terminó de meterlo y sacó la aguja.

Subió su ropa interior y su pans. Al poco tiempo el dolor que sentía empezó a dismuniur considerablemente. Roberto y ella se despidieron de Manuel y volvieron a su casa, al llegar Karen ya sentía un dolor minimo, se fue a su cuarto y se quedó dormida.

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Hola lectores, que gusto que me pidan más y más capítulos, recuerden que los tengo en orden y así es cómo lo he ido escribiendo y subiendo. Los leo en los comentarios, muchas, miles, millones de gracias por seguir esta historia. Besos 😘😘😘😘

Miedo a las Agujas E InyeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora