Isabella

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Era una pequeñita de 3 años que tenía que ir a su revisión anual con el pediatra, pero que sus padres estaban muy ocupados para llevarla. Isabel estaba en la cocina preparando el desayuno. Román llego para saludar a su madre con en beso en la mejilla izquierda y un cálido abrazo.

-Hijo-dijo isabel-tu hermanita hoy tiene cita con el pediatra a la 4 de la tarde, pero ni tú padre ni yo podemos llevarla, ya que tenemos una junta de trabajo y no nos la podemos perder, ¿podrías llevarla tu? mi amor-dijo un poco triste por no poder llevar a su pequeña hija con el médico.

-Si mamá-dijo feliz-yo la llevo no te preocupes.

-Gracias mi amor-su madre le dio un beso en la mejilla.

Isabel termino de preparar el desayuno. Román le ayudo a poner la mesa y Armando el padre, estaba terminando de alistarse para irse a trabajar, al terminar, fue al cuarto de su princesa quien ya estaba despierta, pero que al escuchar que la puerta se iba a abrir cerro los ojos, pero que no dejaba de moverlos. Armando rio por la travesura de su pequeña y se acercó sin hacer ruido a su cama para sorprenderla y hacerle cosquillas.

-Papi, basta-le dijo riendo a carcajadas.

-Princesa traviesa-dijo sentandose a su lado.

Isabella se le fue a los brazos y le dio muchos besos en la mejilla izquierda. Los dos fueron a desayunar, él cargo a la niña en sus brazos. Armando llegó y saludo a su hijo y su esposa. Sentó a la niña en una silla especial para que alcanzará la mesa, que era alta. Los 4 desayunaron felices. El tema del médico no se tocó, pues isabella quien era bastante inteligente y no sabía cómo era que iba a actuar, pero que era un proceso por el que todo niño debia de pasar. Después de terminar de desayunar, los padres se fueron a su trabajo, Román se fue a la universidad y de paso dejó a su hermana en la guardería. Isabella toda la mañana estuvo jugando de lo más contenta, pues no se imaginaba lo que le esperaba en la tarde. Por su parte Román estaba un poco nervioso, pues nunca había llevado a su hermana él solo al doctor, siempre lo habían hecho sus padre, además de que el no entraba con ellos para no verla llorar, él sabía que lloraba porqué siempre que salían de la consulta la niña tenia lágrimas en los ojitos.
Después de salir de la universidad se fue a su casa y su madre fue por su hermana a la guardería, cuando el llego estaban en la casa. La madre estaba preparando la comida e Isabella estaba profundamente dormida. Cuando la mamá termino la comida, la niña estaba aún estaba dormida. Román la desperto, lo cual no fue buena idea pues siempre que la despertaban estaba de mal humor. Al comer se le pasó un poco y rápidamente se puso de buen humor. Después de comer se fue a jugar a su cuarto.

-Hijo-dijo Román-le voy a decir a tu hermanita lo del médico.

-No mamá-dijo Román-se va a asustar y no tiene caso que llore desde ahora-dijo un poco preocupado.

-Tienes razón mi amor-le dio un beso-ya me tengo que ir-se despidió de él.

Isabella se quedo de nuevo dormida. Román lo agradeció un poco, pues sería mejor difícil para él llevarla a la cita médica. Con mucho cuidado media hora antes de la cita, tomó a su hermanita en brazos, la puso en si sillita del coche y por suerte para él no se desperto. Condujo sin problema hasta la clinica. Al llegar Isabella no se había despertado. Llego justo a tiempo y no tuvo que esperar para entrar. Saludo a la secretaria y el doctor abrió la puerta del consultorio para recibirlo.

-Hola doctor Ricardo-dijo despacio para no despertar a su hermana quien no tenia intensiones de despertar.

-Hola Román, tus padres me llamaron para decirme que tú vendrías con esta pequeña princesa-dijo contento-pasa, por favor, siéntate.

-Muchas gracias-dijo pasando al consultorio.

Se sentó en la silla frente al doctor.

-Doctor-dijo-mis padres me dijeron que era una cita de rutina.

-Si-confirmo él-pasa con ella a la camilla por favor.

Román se levantó de la silla y se sentó en la camilla, pero Isabella ya estaba despertando y al ver dónde estaba empezó a llorar.

-Tito no-dijo poniendo su barbilla en el hombro derecho de su hermano, a quien de cariño decia tito.

-Tranquila mi amor-dijo él tratando de calmarla-no pasa nada, el doctor no va a hacerte daño.

Ricardo se le acercó y más se apretó a su hermano, quien estaba luchando por voltearla para que le quedara de frente al doctor, pero no podia hacerlo.

-Isabella-dijo con cariño-es rápido-no quería desesperarse, pero la niña no se lo estaba poniendo fácil.

-Isabella-Ricardo le hablo amable-esto-se lo enseñó-es un estetoscopio, es para escuchar tu corazón y pulmoncitos-sonrio para darle confianza.

Isabella volteo a verlo y cooperó, pero en ningún momento dejo de abrazar a su hermano y él a ella. Se dejo revisar y todo estaba en orden. Al ir a ver la ficha medida de la niña se dio cuenta de un detalle que a la niña no le gustaría nada. Román al verlo supo que algo andaba mal y aunque no quería preguntar tenia que hacerlo.

-Pasa algo ¿verdad?

-Si-dijo con pesar-la ficha médica dice que no a recibido aun la vacuna de los 3 añitos.

Román se puso pálido, pues no sabía que hacer en ese tipo de casos, pero al ver a su hermana, se calmo un poco, pues la niña no estaba asustada. Era pequeña para entenderlo lo que los adultos decían. Ricardo empezó a prepara la vacuna. Román le bajó la playera a su hermana del bracito derecho.

-Tito-le dijo sin entender nada.

-No pasa nada princesa-su hermano sabia que era mentira, pero no queria hacerla llorar.

Ricardo escondió la aguja en su bata y se acercó a la niña con el algodón con alcohol en su mano derecha.

-¿Le va a doler?-preguntó sin quererlo saber.

-No, no te preocupes, pero casi siempre los niños de su edad lloran.

Román sentó a Isabella de forma que su cabeza estuviera en el pecho de él y no dejo que la niña volteara a ver la aguja, aunque al verlo preocupado, la niña que era inteligente supo que no era algo bueno y empezó a llorar al sentir cuando Ricardo le paso por el bracito el algodón y quiso moverse.

-Sujetarla, por favor-le pidió Ricardo.

Román la agarro con un poco más de fuerza, pero no para lastimarla. Ricardo apretó su brazo e Isabella lloraba muchísimo con desesperación.
Ricardo metió la aguja.

-Au duele tito duele-le dijo a su hermano.

-Ya va a pasar princesa, es rápido-le dijo calmado, pero no lo estaba.

Ricardo metió el líquido rápido y saco la aguja.

-Ya paso-Le puso una bandida con figuras de princesa.

Isabella estaba sollozando. Román trato de no lastimarla. La paseo un poco por el cuarto y ella se calmo y por suerte se durmió. Él se despidió y se fue a su casa.

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Hola, espero que les guste y discúlpenme por la tardanza, pero casi no he tenido tiempo de escribir, pero trataré de actualizar más seguido y seguiré escribiendo los capitulos que me han pedido, muchas gracias por seguir está historia. 😁♥️

Miedo a las Agujas E InyeccionesWhere stories live. Discover now