Bruno

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Era un niño sumamente travieso que estaba jugando con sus primos, mientras que sus padres, tíos estaban haciendo un rico ceviche, pues era cumpleaños del abuelo Antonio que estaba muy feliz festejando su cumpleaños con su esposa, hijos, nietos y sobrinos. Eran una familia sumamente unida. Bruno era alérgico al camarón, por lo que su madre le estaba preparando otro tipo de comida, para que el pequeño de 6 años pudiera comer sin ningún problema. Los niños se estaban divirtiendo mucho, pues los 4 hijos de Antonio estaban preparando la comida y él y su esposa estaba al cuidado de sus nietos, que todos corrían por todo el patio. Bruno y sus primos quisieron ir un rato a la alberca, por lo que fueron a decirles a sus padres, los cuales estuvieron de acuerdo solo si los abuelos los seguían cuidando, los cuales aceptaron con gusto. Bruno fue por su maleta a la camioneta de sus padres su traje de baño era un Short que tenía barquitos blancos con el fondo azul claro. Angela su madre fue a ayudarle.

-Te ayudo mi amor-le dijo con cariño.

-Gracias Mami-dijo sonriente el niño-¿mi hermanito Mateo también puede meterse en la piscina?-preguntó feliz.

-Mi amor tu hermanito es muy pequeño todavía-dijo caminando adentro de la casa con el niño y Mateo de 1 año en brazos. Llegaron a la habitación de los abuelos.

-Mami, quiero que mi hermanito se meta a la alberca conmigo, por favor-suplico.

-Hijo-dijo tranquila-yo no voy a meterme a la alberca y tú no puedes cuidar de tu hermanito, apenas aprendiste a nadar-le sonrió con pena.

-Esta bien mamá-dijo un poco triste.

Bruno se puso el traje de baño, no quiso ponerse la playera. Fue con su mamá al jardín. Alberto el padre de Bruno lo vio triste y no entendia el porqué si su hijo estaba muy emocionado por meterse a la alberca y ahora parecía que ya no tenía ganas de hacerlo. Al terminar con lo que estas haciendo, se lavo muy bien las manos y fue con su esposa. Se sentó junto a ella en un camastro.

-¿Qué le pasa al niño amor?-preguntó desconcertado.

Mateo le dio los brazos y él se lo pidió a su esposa.

-Bruno quería que Mateo se metiera a la alberca y le dijo que él no podría cuidarlo y que yo no me iba a meter y se puso un poco triste-explico.

-Voy a cambiarme para meterme con el niño, me voy a llevar a Mateo para quitarle la ropa y meternos los dos-le tomo la barbilla y la beso.

Alberto era un excelente padre, siempre estaba al pendiente de sus dos hijos. Cuando nació Mateo, Bruno no se puso para nada celoso, pero fue por lo que sus padres hicieron para que el niño no se sintiera abandonado por ellos y que su hermanito era más importante que él. Alberto y el pequeño Mateo no tardadon mucho en llegar de nuevo al jardín. Bruno estaba jugando con sus primos y no se dio cuenta que cuando llegaron su papá y hermanito y se puso sumamente feliz por verlos, más que nada a Mateo, Bruno lo quería mucho.

-Papá-dijo contento.

-Hola campeón-dijo metiéndose a la alberca.

-Mateo-dijo llendo hasta su papá-que bueno que viniste hermanito-lo abrazo y beso su mejilla.

Mateo sonrió. Era un niño rodeado de amor.

-Papi, dame a mi hermanito-dijo sonriendo.

-Cuidado hijo-le dio al niños que traía flotadores.

Bruno se sentó con su hermanito en un escalón de la piscina. Los dos estaban jugando con algunos juguetes. Mateo estaba muy sonriente. Bruno empezó a sentir un hormigueo en el cuerpo, pero no quería dejar de divertirse con sus primos y hermanito y no dijo nada. Sentía que la lengua se le dormía. Tenía los ojos un poco llorosos. La espalda le picaba. Alberto estaba jugando con sus sobrinos, cuando escucho que su hijo estornudo varias veces seguidas y volteo a verlo. Se asustó un poco, su hijo estaba rojo, tenía grandes ronchas por su pecho y boca, pero no entendia porqué.

Miedo a las Agujas E InyeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora