Gonzalo

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Es un adolescente 16 años que tiene días sintiéndose muy mal, pues contrajo un fuerte resfriado, pero como era temeroso de los médicos no dijo nada a su madre, quien es médico general, dado que su madre trabajaba desde muy temprano y llegaba a casa tarde, él se las había arreglado para no tener síntomas cuando ella estaba presente, tomaba pastillas a diestra y siniestra sin supervición y eso le trairia algunas malas consecuencias para su salud y estaba empeorando muy rápido. Con lo que Gonzalo no contaba era que ese viernes iba a amanecer ardiendo en fiebre y tampco con que su madre se quedaría a desayunar en casa, pues en toda la semana no había podido hacerlo y quería pasar tiempo con su hijo. Alma estaba preparando el desayuno para sorprender a su hijo con el una vez que saliera de su cuarto, pero Gonzalo nisiquiera podía levantarse de la casa, no tenía fuerzas para nada. Su madre estaba desconcertada, su hijo no se había levantado y veía el reloj y ya se le había hecho tarde para llegar a las 7 am al colegio y fue a su cuarto a buscarlo. Toco la puerta antes de entrar y Gonzalo se asustó, pues no pensó que su mamá estuviera en la casa.

-Hijo, Gonzalo-volvió a tocar.

-Mamá-dijo muy bajito quejándose.

Alma apenas pudo escucharlo y abrió la puerta rápido, pues su hijo no era así y se preocupo.

-Mi amor-dijo ella alarmada caminando hasta la cama-tienes fiebre-dijo sentándose a su lado-destapaste hijo-dijo quitandole las cobijas.

-Tengo mucho frío mamá-dijo haciéndose bolita.

-Es por la fiebre amor, pero te va a subir más si estas tapado-dijo con cariño.

Gonzalo le daba la espalda a su madre, se fue volteando poco a poco. Alma se asustó un poco, su hijo casi nunca se enfermaba y verlo así le causó una fuerte impresión. Gonzalo tenía los ojos y nariz muy rojos.

-Voy a traer mi maletin para revisarte-dijo levantándose de la cama-ahorita vengo, no te tapes por favor.

Gonzalo no dijo nada y solo se quedo hecho bolita. Alma aprovecho para hablarle a su jefe y decirle que no iba a ir a trabajar, su hijo la necesitaba y no iba a dejarlo enfermo, sin que alguien estuviera al pendiente de él. También llamó al colegio para que le justificaran la falta. Volvió al cuarto de Gonzalo con su maletin. Lo reviso con mucho cuidado, quería saber cuanta fiebre tenía y le puso el termómetro en la axila derecha, siguió revisándolo mientras pitaba y no encontró nada que le indicará porque tenía la fiebre tan alta y se preocupo, sabia del gran temor de su hijo y lo que menos quería era tener que llamar a una ambulancia y llevarlo a urgencias. Eo termómetro pito y se lo quito, al verlo se preocupo bastante, tenía 38 de temperatura.

-Mamá-dijo él al verla.

-No encuentro la infección hijo, no sé porqué tienes fiebre, voy a darte una pastilla para bajarte la fiebre.

Busco en su maletin y se la dio, fue por un vaso de agua y volvió rápido Gonzalo con mucho trabajo pudo pasarla por su garganta. Alma pensó que con la pastilla su hijo se sintiria mejor y después lo convencerla de ir al hospital para hacerle estudios y ver que pasaba, de donde provenía la fiebre. Se quedo un rato con él acostada en la cama, le hacía cariños en el pelo y al cabo de 15 minutos se quedo dormido. Ella aprovecho para ir a hacerle un caldito de pollo, pues no había desayunado y también pidió algunos sueros a la farmacia para mantenerlo bien hidratado. Los sueros llegaron rápido. Alma fue a ver a su hijo, pero se llevó una gran sorpresa, la fiebre no estaba bajando y eso la preocupo aún más, ¿porqué la pastilla no había hecho efecto si ya tenía más de media hora que se la había dado? Alma no era tonta y penso ahora no como madre sino como doctora y recordó el caso de un adolescente que atendió, que se había sentido mal durante 1 semana y por miedo de los doctores no se los dijo a sus padres y cuando llega al hospital estaba muy mal y los medicamentos no le hacían efecto pues deliberadamente él había estado tomando pastillas y eso provocó que el cuerpo hiciera resistencia a las pastillas y no hacía efecto y ahora veía a su hijo y era la misma situación.

Miedo a las Agujas E InyeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora