Támara

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Era una chica de 20 años que tenia novio de nombre Axel, 10 años mayor que ella. Támara aun no se recuperaba por completo de la infección estomacal que hacía una semana que le había dado, pero que por miedo a las inyecciones, le dijo a su médico quien le dio a escoger entre pastillas e inyecciones y ella por lógica escogió las pastillas, pero qie después de una semana de tomarlas, no estaba notando mucha mejoría. Esa mañana había amanecido con el dolor fuerte y apenas había podido levantarse de la cama. Ella vivía sola, pero Alejandro su novio había quedado de pasar con ella, pues trabajaban juntos, pero debido al dolor tan fuerte que tenia, no podia moverse muy rápido. Su novio le mando mensaje de que ya estaba afuera de su casa, ella le dijo que ya iba a salir, pero se tardó demaciado y Alejandro sospecho que algo no andaba bien. Se bajo del carro, pero en eso ella salió de la casa. Al verla supo que sus sospechas eran ciertas.

-Hola amor-dijo apenas ella subiendo al carro con dificultad.

-¿Qué te pasa bebé?-le pregunta preocupado.

-Me duele un poco el estómago, pero no es nada, ahorita se me pasa, ya me tome una pastilla-le sonrío.

-¿Desayunaste?

-Si amor.

Támara estaba mintiendole, pues no quería que su novio se enojara con ella por no haberle dicho que estaba enferma, pero lo que en realidad no quería decirle era que ya había ido al doctor y que le tenía miedo a las inyecciones. Alejandro condujo a su trabajo, claramente estaba preocupado por su novia, pero ella no se veía tan mal.

-Si te sigues sintiendo mal, me avisas inmediatamente, por favor-le dijo él al llegar al estacionamiento de la empresa.

-Claro amor-le dio un tierno beso en los labios.

Alejandro la sintió caliente, pero al ver el relok supo que llegaría tarde y no se detuvo a preguntar nada más, pero iría a presentarse e iría a buscar a su novia. Los dos se bajaron del coche. Támara quería hacerlo lento, pero vio que Alejandro estaba un poco apurado y se movió rápido, lo cual no fue buena idea, pues cuando Alejandro se alejo ella se dobló del dolor. Entro lento, casi arrastraba los pies. Dio gracias cuando llego a su oficina y se sentó en la comoda silla que tenia, para su suerte el dolor disminuyó un poco y pudo trabajar agusto. Alejandro fue a verla, pero la vio bien y dio por hecho que no pasaba nada malo y se fue a trabajar. Támara estaba de lo más comoda, la llamaron para una reunión y así sitio son problemas, al volver a su oficina se comió un sándwich y ese seria un grave error. Al poco tiempo de que termino de comer, el dolor volvió y fue cuando ya no lo pudo soportar. Le llamo a su novio para que la acompañará al doctor y él llegó rápidamente. Támara no podia caminar y Alejandro se la tuvo que llevar en los brazos. Ella estaba llorando del dolor tan intenso que tenia. Alejandro estaba muy preocupado de verla tan mal y se reprochó no haberle dicho que fueran al doctor. El condujo con cuidado, pero estaba un poco desesperado por llegar al hospital. Támara estaba hecha bolita, quería no llorar, pero eso era imposible. Por fin llegaron al hospital y nuevamente Alejandro la cargo para entrar. Alejandro la dejo en una silla se la sala de esperar. La registro en la recepción y les dijeron que debian de esperar que había 5 pacientes delante de ellos. Támara tenia miedo, pero no queria decirselo a su novio y que la viera como una niña pequeña, pero Alejandro quien la conocía muy bien, se dio cuenta que su semblante había cambiado cuando entraron por la puerta y se le hizo extraño, pues no comprendia que pasaba pensó que era por dolor u que ella no quería preocuparlo más. Se sentó cuanto a ella y la abrazo para darle ánimo, no le gustaba ver a si novia mal. Uno a uno los pacientes fueron pasando y poe fin le toco si turno.

-Vamos cariño-le dijo Alejandro con amor.

-Despacito-le dijo antes de levantarse.

Alejandro se movió lento. La tenia abrazada en caso de que las fuerzas le fallarán. Entraron al consultorio. El doctor Arturo con solo verla supo que no se había recuperado en lo absoluto y como la conocía de hace años se molesto.

-Ya veo que no mejoraste en nada Támara-dijo serio-Ponla en la camilla por favor.

-¿Cómo que no mejoró? ¿estas enferma y no me lo dijiste?-dijo Alejandro molesto también. La cargo un poco para dejarla en la camilla.

-Amor, perdón-se quejo.

-Más tarde tú y yo hablaremos de esto, ahora lo importante es que estés bien.

-Arturo-dijo con dificultad-si mejore, pero el dolor volvió y es peor.

-Voy a revisarte-le dijo serio.

Arturo la reviso. Alejandro se quedo con ella a su lado en todo momento.

-La infección se hizo más fuerte por no ponerte la inyección que te dije.

-Pues apliquesela doctor-Alejandro no entendió del todo que pasaba.

-Amor no-le dijo llorando.

-¿Cómo que no? No entiendo que pasa.

-Alejandro-dijo con pesar-me dan miedo las inyecciones.

Arturo estaba preparando la jeringa, si o si inyectaria a Támara, no podia dejarla como estaba.

-Amor por favor, yo estoy aquí contigo-le hablo con cariño.

-Támara-dijo Arturo con el algodón en su mano-date la vuelta por favor-aun seguía molesto.

-No Arturo, por favor no me hagas esto.

-Támara no quiero obligarte, pero de ser necesario voy a traer a dos guardias para que te sujeten.

Támara estaba llorando. Alejandro la ayudo a que se pusiera boca a bajo. Él le bajó el pantalón. Arturo se sentía mal de hablarle feo, pero él y la madre de Támara era muy buenos amigos y Arturo quería mucho a Támara.

-¿Va a doler?-preguntó llorando.

-No-dijo con cariño al verla llorar-pero no te pongas dura por favor-le bajo la ropa interior.

Limpio el glúteo derecho con el algodón con alcohol. Támara quería moverse, pero el dolor no la dejaba. Alejando le tenía tomadas las manos y le hablaba bonito, le daba mucha ternura ver a su novia así y quería animarla, pero no podia.

-Vas a sentir un pequeño piquete-dijo metiendo la aguja con mucho cuidado.

-Au-dijo Támara-duele-se quejo.

-Ese fue todo el piquete-dijo tranquilo metiendo el líquido despacio para evitar que le doliera-listo, terminamos-dijo sacando la aguja.

Le dejo el algodón y subió su ropa. Después de todo no había tan malo, pero su miedo era más grande. Alejandro la beso en los labios tiernamente. La ayudo a levantarse. Arturo le dio una receta para un nuevo medicamento y le hizo una lista de lo que no podía comer. Salieron del consultorio directo a oa farmacia y Alejando la llevo a su casa y se quedo con ella todo el día para cuidarla.

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Hola lectores, gracias por su apoyo. A los que me han pedido un capitulo, no se desesperen, si lo voy a desarollar, los tengo en orden y son muchos los que tengo por escribir. Gracias por pedirme un capitulo, les quiero pedir un favor, cuando quieran un capitulo por favor seas más específicos de como quieren que los escriba, porqué a veces no tengo idea si les va a gustar el capitulo que me pidieron y para mi es muy importarte que les guste y si me dan más datos, pues los puedo desarrollar más fácil, a veces aunque tenga la idea del capitulo no sé cómo desarrollarlo por completo y por eso en ocación me tardo en subir un capitulo, ya que no tengo la idea completa y con su ayuda me será más fácil hacerlos. Muchas muchas gracias por su apoyo ♥️ los quiero.

Miedo a las Agujas E InyeccionesWhere stories live. Discover now