Andrea

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Andrea vive sola en un departamento. Tenía muchos días sintiéndose enferma, pero no quería decirle nada a su novio y su padres, los dos eran doctores y lo que menos quería era decirles, porqué ya sabía que eran de preocuparse muchísimo por ellos, pero principalmente por su gran miedo a las agujas. Le dolia la garganta demaciado, esa mañana había amanecido mucho peor, pero pensó que podía seguir ocultandolo por más tiempo. Después de bañarse, se preparo un rico desayuno balanceado, pero dado que el dolor iba en aumento no pudo comer nada, solo se tomo un jugo, pero tampoco fue nada fácil, pues al pasar el jugo le dolia muchísimo más.

-Como duele-dijo un poco asustada.

Su voz estaba muy cambiada y eso la asustó un poco más, pero seguía sin querer darle la importancia que tenía, pensaba que a sus 22 años ya era capaz de decir que hacer y que no, pero lo que nunca pensó era que al ser una adulta debía de cuidar de su salud. Cuando por fin termino de beber el jugo, se lavo los dientes y recordó que 2 meses atrás ya había tenido dolor de garganta y le había quedado medicamento y no le vio nada de malo de volver a tomarlo. Se tomó una pastilla de amoxicilina y otra de ibuprofeno para disminuir el dolor aunque fuera un poco. Tomar las pastillas fue todo un reto, pero pudo lograrlo. Y se fue a trabajar, manejo hasta su trabajo con tranquilidad, al llegar la pastilla para el dolor había hecho efecto y el dolor disminuyó mucho y eso le gustó mucho. Subió al tercer piso del grak edificio y se fue directo a su oficina sin saludar a nadie, pues no quería que descubrieran que estaba enferma y su voz la delataria. Alma su mejor amiga la vio mal, cuando paso por un lado de ella y nisiquiera la volteo a ver. Y se le hizo sumamente extraño pues Andrea no era así y siempre la saludaba con gran entusiasmo. Como ella tenía trabajo también no le dijo nada, pero se quedo muy confundida por su acción. Andrea sabía que estuvo mal lo que habia hecho, pero no le dio mucha importancia. Solo estaba pensando en ella en ese momento. Andrea estaba en su oficina terminando un informe que debía de entregarle a su jefe en algunas horas y se puso a trabajar en eso. Estaba por terminar cuando el trabajo cuando el dolor le volvió con más intensidad. Y fue cuando empezó a preocuparse, vio el reloj y se dio cuenta que hacía tan solo 3 horas que se había tomando la pastilla y no podía tomarse otra. Su celular sonó y al ver la pantalla se asustó, era su novio y pensó en no responderle y mandarle un mensaje para decirle que estaba muy ocupada qué más tarde le marcaría. El teléfono dejó de sonar y le escribió el texto y se lo envió, él le respondió que la invitaba a comer, al leer el mensaje, abrió los ojos grandes ¿como le ocultaría que estaba enferma? Y si no aceptaba también levantaría sospechas, por lo que no tuvo más que aceptar la invitación. Y ver como salir del problema para que su novio no se diera cuenta de nada. Hizo una búsqueda muy rápida por Internet, quería información sobre que debía de tomar para que se le quitara la ronquera qué tenia y si encontró algo, eran unas paletitas de menta con propofol y se fue a la farmacia más cercana para comprarlas. Volvió rápido, pues aún tenía mucho trabajo por hacer. El tiempo se le pasó rápido y media hora antes de ir a ver a su novio se comió una paletita. Al salir de su oficina ya estaba mejor, o eso era lo que quería creer, pues su voz había mejorado mucho y se confío, pero 5 minutos antes de querer irse a comer con su novio, el dolor volvió con mucha fuerza, rápidamente volvió a tomarse otra pastilla para estar totalmente bien, pero tuvo miedo de ser descubierta, pero haría todo por que su novio no lo notará. Ya estaba por salir de su oficina cuando recibió un mensaje de Manolo, le decía que no iba a poder ir a comer con ella, pues habían llegado varios heridos al hospital y le era imposible salir del hospital. Andrea suspiro profundamente, pues ocultaría su enfermedad por más tiempo. Ella le envió un mensaje donde le decia que no se preocupara, que en la noche lo esperaba en su departamento. Volvió a concentrarse en el trabajo, pidió comida china a domicilio para no dejar de trabajar y terminar lo antes posible. Comió y volvió al trabajo. Alma fue a su oficina.

Miedo a las Agujas E InyeccionesWhere stories live. Discover now