8. Secretos y una perforación

67.3K 4.1K 1.7K
                                    

Jayden Friedrich

Busco donde aparcar mi auto, cuando ya he encontrado un lugar. Tomo mi teléfono, lo echó en mi bolsa de mi pantalón.

Llegó a la entrada, hay un hombre que la custodia, una fila larga esperando poder acceder al lugar. Él hombre me mira y retira la cadena para ingresar dentro, algunos protestan gritando.

Lujos de ser alguien importante, nadie me prohíbe la entrada.

Demasiadas personas se encuentran dentro del lugar bailando, es un antro de los más caros y lujosos de toda la ciudad. La música está a todo volumen, las luces te ciegan a no ver más allá de tus narices.

Camino para subir a la zona vip, allí está otro hombre, me da acceso sin problema alguno.

Aquí no hay tanto ruido como abajo, hay más espacio entre los que están en esta área. Busco con la mirada a mi mejor amigo pero no lo encuentro, no ha llegado, impuntual como siempre.

Me siento en uno de los sofás, un mesero se me acerca, le encargó un whisky.
Cuando ya me han traído la bebida, me dispongo a tomarla, recorro con la mirada todo el lugar. La música no es tan alta, hay un grupo de chicas que ríen.

Una de ellas me mira y me lanza una mirada, me mira de arriba abajo sin descaro. Yo solo me mantengo serio sin ningún tipo de emoción que refleje mi cara.

He estado con varias mujeres no lo voy a negar, nunca he tenido nada serio con nadie, no desde hace cuatro años.
Justo mi corazón no está para enamorarse, solo ha latido por una persona en concreto, sonrió recordando cada uno de los momentos vividos, pero luego recuerdo que ya no está conmigo.

Han pasado años desde la última vez que la vi, aún tengo esperanza de verla.

—¡Hey, Jayden! —volteo a verlo—. Perdón por la tardanza, había un poco de tráfico.

—Tu siempre llegas tarde a dónde vayas —le doy una breve mirada para volver a desviarla.

—Has estado enviándome estos días, te espere el otro día para hablar —me reprocha mientras toma asiento.

Hace una seña a uno de los meseros para que se acerque.

—Tráeme una botella de vodka —le piden al mesero.

—Estuve ocupado con unos asuntos de mi padre —digo con fastidio.

—Piensas que yo no me entero de noticias, vi el titular. ¿Cómo está eso de que te vas a casar? —inquiere—. ¿Por qué no me lo contaste?, Me tuve que enterar por las noticias.

—Algo sin importancia —trato de no darle importancia, cómo lo he dicho.

—De cuando acá tu tienes novia —alza las cejas—. Me voy por dos meses, cuando regreso me entero que mi mejor amigo se compromete, muy bonita manera de recibirme.

—No tengo novia, y no me voy a casar por gusto —contesto cortante, lo nota.

—Ya me imaginaba, me contestas que tenías una promesa al parecer la vas a romper —toma un trago de su bebida—. No me digas que tiene que ver en todo esto es tu padre.

—Piensa mal y acertarás. Mi padre me está amenazando con todo esto, estoy hasta los cojones —suelto irritado—. Me casare a la fuerza.

—¿Y ahora como te amarró?

Le digo o no le digo. Cómo le explicó que mi papá compro a una chiquilla de dieciocho años en una subasta de personas, decirlo es lo más cruel del mundo sabiendo los líos de su familia y la mía.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now