Subastada al mejor postor

16. La correcta

—Es extraño

—Para mi también lo es, pero tengo unas dudas. Quieres hablar aquí o dentro —me señala el interior de la casa.

—Vayamos allá —señalo fuera de la casa donde hay unos sillones muy cómodos.

Cuando él toma siento, yo también lo hago.

—Te vi ayer

—Si, ayer cuando me encontraste afuera cuando te marchabas —digo obvia.

—Eso no, te vi detrás de la puerta —parece sereno, yo me quedo congelada ante la declaración—, pensaste que nadie te vería, yo sí.

—Yo, yo... Pues, no tengo nada que decir

—No le diré nada a Jayden, escuchaste lo suficiente.

—Lo hice, hubo cosas que no quise escuchar nunca.

—No estoy por eso aquí, bueno en parte si —la sutileza con la que habla no me genera nada de desconfianza.

—Adelante —lo ánimo para que siga.

—Ya se de dónde vienes —no imaginé que viniera por aquello—. Me genera curiosidad del como acabaste allí.

—Ni yo lo sé, la madame Ricci dijo que mi mamá me abandono en sus puertas —no dice nada, su semblante es serio.

—Vaya, que mala madre —puedo notar que lo dice, su mirada se pierde.

—Yo me he preguntado siempre por qué lo hizo, nunca obtendré la respuesta —como me gustaría saber quien es mi madre—. No entiendo por qué te interesa mi vida en el orfanato.

—Me creerías si te digo que conozco a una persona que salió de ahí —su cabello extremadamente rubio brilla con los rayos del sol que tocan su cabello.

—¿Cómo?, tú...

—Oh no, odio esos lugares. Más bien alguien de mi familia la salvo.

¿Eso es posible?

—Ahora ella es libre, aunque vive con tormentos del pasado —noto una inseguridad al decir lo último—. ¿Te gustaría saber la historia?

¿Me genera curiosidad? si, ¿quiero saber quién es? si, ¿Quiero que me cuente la historia? obvio que si. Solo que no se a donde nos llevará esto.

—No voy hacer muy largo el cuento.

—Te escucho.

—Todo inicio hace veintiséis años atrás, un hombre compro a una chica. Ella vivió un infierno con él, abuso de ella incontenibles veces, la dejo rota. Él hombre aquel tenía un mejor amigo quien estaba negado a lo que hacía no aprobaba ninguno de sus comportamientos y actos; después de un tiempo el mejor amigo decidió ayudar a la chica. Huyo con ella en las tantas veces que la vio se enamoró de ella.

Me quedo sorprendido, agradezco que no haya yo terminado así. No quiero ni imaginar estar viviendo un infierno como aquella chica.

—Suena loco, que él mejor amigo de aquel hombre se haya enamorado de una chica rota —Alec podría estar aquí pero sus pensamientos están en otro lado—, se casó con ella, después de unos meses resultó que estaba embarazada.

—Alto ahí, ¿eso es posible? cómo le hicieron para que no la buscará la organización de subastas o que no le quitarán el bebé. A nuestros compradores les entregan un recibo donde estipula quien es el dueño —lo que digo es repugnante aún así la cruda verdad.

—Él hombre que la ayudo movió muchas influencias pago mucho dinero. Todo parecía ir muy bien, él niño había nacido muy bien; ellos eran felices —sus palabras son duchas con tanta melancolía, como si él también sufriera.