10. Boda a medias

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Me jalo el vestido, siento que me queda más apretado que la última vez que me lo medio y eso no fue hace mucho.
Me veo en todos los ángulos posibles, las palmas de mis manos sudan.

—¡Ey chica! tranquila —la maquillista me dice que me calme.

—Siento que el vestido me queda muy apretado —vuelvo a jalar de la tela.

—Son nervios, es todo. Trata de tranquilizarte, relájate respira bien y te sentirás mejor —busca una manera de relajarme—. Respira conmigo, inhala, mantén unos tres segundos así y después exhalas con calma —ella lo hace dándome un ejemplo—, ahora hazlo conmigo —hago un par, después me siento un poco mejor.

—¿Te sientes mejor?

—Eso creo, ya no siento incómodo ni apretado el vestido —y era verdad me sentaba bien ahora el vestido.

Todo sucedió muy rápido, los días se pasaron volando. Apenas me di cuenta ayer que al día siguiente estaría casándome con un alemán, —ósea hoy—. Estos días me he estado llevando mejor con Jayden, ya podemos cruzar unas cuantas palabras sin ofendernos. Aunque sigue llamándome en algunas ocasiones «chiquilla», más que un insulto al parecer se volvió un apodo de su parte para mí.

Ya no falta nada para que pueda bajar con los demás invitados. El jardín ya se encuentra adornado muy bonito, ya hay gente e incluso ya se encuentra allá abajo Jayden luciendo un traje que le queda de maravilla. He notado que hay varios periodistas invitados exclusivamente por el señor Joshua, está claro que saldremos en las noticias, revistas e internet.

Mi cabello se encuentra recogido en un peinado muy sofisticado dejando uno que otro mechón suelto, el maquillaje es excelente, y el vestido sigue siendo hermoso. Llevo como diez minutos viendo por la ventana como llegan los invitados, no conozco a ninguno, pura gente que se ahoga en dinero.

—Puedo pasar —se escucha una voz desde la puerta de la recámara.

—Adelante

—Te ves divina —me escanea—. Ya están todos abajo es momento de bajar.

No estoy lista, me da pánico que tanta gente pose sus ojos en mi, no quiero ser el centro de atención. Pero lo voy hacer aún así, soy la novia que va a caminar por allí mientras suena la música nupcial.

—Siendo sincera no estoy lista, pero hagámoslo —las palmas me vuelven a sudar.

Tranquila, recuerda que solo durará poco la ceremonia y después habrá acabado.

Los nervios son muy comunes en los novios, mi hijo también está presentando esos nervios, su amigo lo está tranquilizando —no soy la única que no está lista para esto.

Alec tranquilizando a Jayden, no me sorprende son mejores amigos después de todo.

—Vamos —me ofrece su brazo para que lo tome.

Caminamos, llegamos a la entrada donde caminaré. Las sillas son blancas, hay flores a cada lado del camino, todo el sendero está lleno de pétalos rosas y blancas, allí es donde caminaré. Dónde se llevará a cabo la ceremonia está un cuadro en la parte de arriba tiene flores y a los lados los adorna unas telas blancas. Por el lado izquierdo está un piano, el piano de Jayden.

—Yo te llevaré

—Gracias —musito en un susurro.

Las teclas del piano son tocadas por una persona, empieza a escucharse las notas de la música.

Empezamos a caminar, piso los pétalos. Jayden espera al lado del hombre que dará la ceremonia.

Su traje es blanco, no luce contento, su estado es neutral. Caminamos lento, ya casi no falta nada para llegar a él.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now