13. Locuras que llevan nuestro nombre

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Estaba frente al espejo viéndome en aquel traje de baño que Jayden compro para mí.

No sé qué diferencia hay entre un traje de baño y la ropa interior. Creo que no me voy a quitar el vestido que usaré encima del bañador.

Andar con estas dos piezas de ropa entre tanta gente no me apetece. Insegura de los que vayan a mirarme, nunca en mi vida voy a andar más descubierta que hoy.

Mi piel resalta entre el rojo haciéndome ver más blanca de lo que soy, me pongo el vestido encima.
Escucho como toca alguien la puerta.

—¿Estás lista?

—No lo se —muerdo uno de mis labios

—Me gustaría saber el por qué

—No estoy segura de salir así frente a todos, ya sabes usar solo el traje de baño —digo apenada.

—Elaine, solo son inseguridades que tienes que vencer, se que no es fácil pero tampoco imposible. En esa fiesta te aseguro que habrá cientos de chicas en traje de baño, es normal llevar uno cuando hay una piscina. Yo también iré descubierto, solo usaré un bañador, no llevaré camisa. —trata de hacerme ver las cosas—. No tengas miedo, voy a cuidar de ti.

—¿Y si no vamos?

—Ayer fuiste tu quien dijo que quería ir —se lo piensa un instante—, de igual manera respeto la decisión que tomes, tampoco me apetece ir.

Ahora estoy en un dilema de ir o no, en mis manos está la decisión.

¿Qué puede suceder?

¡Todo, todo puede suceder!

Hubiera sabido las locuras que íbamos a hacer, no hubiéramos ido. Claro está, que el «hubiera» no existe.

—Vamos, no nos pasará nada y buscaré la manera de enfrentar el miedo a esta ropa que llevo debajo —confío en mis palabras.

—Eres hermosa Elaine y te juro que te verás aún más hermosa en traje de baño —acaricia mi mejilla.

Soy hermosa ante sus ojos, me genera una sensación de revoloteo en mi estómago.
Anoche nos dimos un par de besos más, mis labios quedaron hinchados de tanto besarnos ni hablar de lo rojizo que se intensificaron nuestras bocas.

Esta mañana no hubo ningún beso, solo quedó la sensación de su boca contra la mía. Quiero que vuelva a besarme quiero sentir el roce de los dos, sus brazos rodearme la cintura.

Pensarlo e imaginarlo hace que me ruborice.

—¿Puedo saber en qué piensas?, te has puesto roja —indaga curioso.

No pienso revelarle que estaba pensando en nosotros dos comiéndonos la boca.

—En que moriré de vergüenza aunque se que lo superare algún día —le miento descaradamente.

Salimos de la suite para ir a dónde se llevará a cabo la dichosa fiesta. Jayden ha alquilado un auto para estos días, así se nos hará más fácil trasladarnos a lugares que queramos ir.
Ya dentro del auto coloca la dirección en el gps. Le lleva no tanto tiempo llegar al lugar.

El exterior tiene una fachada de una mansión enorme elegante, en la puerta está el típico hombre que cuida quien entra y quién sale. Ya hay muchos autos estacionados afuera, Jayden busca donde aparcar.

Cuando ya estamos frente extiende la tarjeta que nos ofreció Kyllian, se hace un lado dándonos acceso.

Puedo escuchar la música a todo volumen, todo esto ya se me está haciendo común.
Al entrar puedo notar que la mayoría esta en traje de baño. Suelto un suspiro de alivio.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now