25. ¡Quiero un papá!

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Elaine Klein

En algún lugar de París

Llegar a la casa del campo que mis padres tienen respiro el aire fresco, veo el pasto. La casa del campo siempre me ha encantado es tan cálida y bonita. Aquí se llevará acabo la fiesta de Eileen. Llegamos un día antes.

Mañana este lugar estará lleno de niños y niñas corriendo por dónde quiera. Ayudo en bajar las cosas que hemos traído para la fiesta.

Mi hija ha corrido tan rápido como ha podido para perderse en el interior de la casa. Verla feliz, verla ser ella es mi alegría, aquí no hay restricciones, aquí no me tengo que preocupar para que la vean. Alec ha hecho hasta lo imposible para que nadie se de cuenta de nuestra ubicación en estos momentos, la prensa amarilla puede ser demasiado chismosa.

Al terminar de bajar todo nos ponemos a descansar un rato. Mañana por la mañana se arreglará el lugar donde festejaremos, en la parte trasera de la casa que da una vista increíble al campo.

Camino para sentarme en la mesa que está fuera.

—Aquí respiro tranquilidad —toma asiento.

—Si —mi mente viaja años atrás en aquel lugar que me gustaba tanto.

—¿Estás lista para lidiar con niños mañana?

—Lo estoy, Eileen me prepara para todo —mi hija es una niña muy traviesa.

—Ya es todo una niña Eileen, parece ayer cuando la cargue por primera vez —estaba ilusionado desde que se enteró que estaba embarazada.

—Sigue siendo una nena, mi bebé —la veo andar a lo lejos—, no importa los años que pasen siempre será mi bebé.

—¿Has pensado en tener alguno más?

—¿Estás loco? —lo miro incrédula—. Con Eileen tengo suficiente, además que no creo tener más.

—La posibilidad de abrirte al amor está ahí, es cuestión de querer —ese es el problema, no sé si quiera.

—La sola idea de volver a sentir me causa miedo, ya sufrí de amor y no quiero volver a pasar por lo mismo —aclaro.

—El hecho que anteriormente no funcionó no quiere decir que todo lo que intentes sea un fracaso —lo pienso—, no dejes que el pasado te impida tu futuro.

No contesto, medito sus palabras. A veces me es bueno escuchar un buen consejo y más si es de mi hermano.

—¿Qué te ha pedido de regalo?

No quiero recordar el momento en que le pregunté y me contestó.

Se hizo una costumbre preguntarle que es lo que le apetece de regalo e incluso para navidad y cosas especiales.

—No creo poder cumplir su deseo —desvió mi mirada.

—¿Qué fue? —no quiero decirle por qué llegamos al mismo punto de siempre.

Aún así se lo digo, se que puedo confiar en él.

—Me ha dicho que quiere un papá —me duele decirlo.

Fue hace unas noches atrás mientras le leía un cuento.

Ya era noche y Eileen ya se había bañado para dormir.

—Hora de ir a la cama —le digo señalando el colchón—, vamos tienes que dormir temprano.

—Aún no tengo sueño mami —se sienta en la cama—. ¡Ya se!, léeme un cuento.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now