37. Aguarda, aún falta algo...

55.7K 2.5K 529
                                    

Jayden Friedrich

Washington, Estados Unidos

Una semana después

Ya hemos llegado a mi casa, Elaine estuvo dudando si el venir era buena idea o no, me costó convencerla pero cedió al final con ayuda de su padre, agradezco que el señor Zarik sea muy persuasivo.

Por no ser descortés invite a pasar aquí unos días a sus padres junto a Alec y Riley, también llame a mi madre para que se una; llegarán dentro de dos días. Si todo va bien quizá está noche le digamos a Eileen que yo soy su padre, tengo un poco de temor.

Hace años que no estoy aquí, se siente como regresar el tiempo atrás. Espero que Erick tenga la casa limpia no vaya a haber polvo y que a mí hija le dé alergia.

Tomo las llaves en mis manos para abrir la puerta.

—¿Ésta es tu casa Jayden? —mi hija ve la casa con asombro.

—Así es, siéntela como tuya también —giro el pomo de la puerta.

—Es muy linda

Ingresamos todos dentro de la casa, todo sigue igual nada ha cambiado.

Aquí fue la boda con Elaine, dónde me enamoré de ella, dónde todo ocurrió.

—Erick, Erick —lo llamo para que salga.

Unos pasos se acercan por la cocina.

—Señor Jayden que alegría tenerlo por aquí de nuevo —veo como tiene una gran sonrisa en el rostro—, y con la señora Elaine.

—Un gusto verlo de nuevo Erick —veo como tiene cara de asombro.

No está en contexto de todo lo que ha pasado. Dirige la vista a la niña que va a nuestro lado.

—Te presento a Eileen es hija de Elaine, Eileen él es Erick —Erick le ofrece su mano la cuál mi hija no duda en aceptarla.

—Que niña tan linda, se parece mucho a su madre —yo lo se más que nadie.

—Podría preparar tres habitaciones —le ordeno.

—Que sean solo dos Eileen dormirá conmigo —informa mi acompañante.

—De todas formas arregla las demás de igual forma, en dos días estará la familia de Elaine aquí y mi mamá también —para que vaya preparando las habitaciones.

—Está bien —acepta—. ¿Se quedarán mucho tiempo?

—Solo un par de semanas —camino para entrarme más a mi casa.

Entro a la sala donde puedo ver todo el jardín, las flores siguen ahí, es como si aquí el tiempo se hubiera atascado como si no hubiera caminado.

Estoy seguro que en la habitación todavía está la ropa que usaba mi mujer y la mía, en el mismo cuarto y guardarropa.

—Mami llévame a las flores —pide a su mamá.

—Ve tu cariño de aquí te veo —no tarda mucho en echarse a correr para ir.

—Está contenta —acaricia unas cuantas.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now