15. Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas

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Yo creo que la mayoría a escuchado las famosas palabras "Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas".

Hace dos días atrás escuché decir la misma frase a una chica que estaba en uno de los casinos a los que fuimos.

¿Acaso será cierto?

¿Lo que pasó entre Jayden y yo se quedará aquí?

Incontrolables preguntas sin respuesta se acumulan en mi mente. Yo no lo quiero, yo quiero que sea más que eso.

Anoche fue lo mejor, me trato de la mejor forma, no me arrepiento pero ahora que recuerdo aquello lo dudo por un segundo.
He despertado muy temprano, él cuerpo de Jayden descansa a un lado mío boca abajo. Hoy regresamos.

El amanecer se cuela por las cortinas, fue la luna de miel que jamás imaginé. Ahora no solo me uní con una firma sino también de cuerpo.

Anoche después de haber acabado, Jayden me llevo a la bañera me enjabono el cabello, me hizo reír en si me trato como nunca nadie lo había hecho. Después trajo una de sus camisas e hizo que me la colocará ahora mismo la llevo.

Me volteo a verlo, solo puedo observar la mitad de su rostro, pasan minutos y yo no paro de verlo, su respiración es tranquila. Empieza a moverse, me quedo tranquila viéndolo poco a poco va abriendo los ojos.

—Buenos días Jayden —sus comisuras se levantan anunciando una sonrisa de su parte.

—Buenos días Elaine —estira sus músculos revelando su torso desnudo.

Acerca su rostro depositando un beso en mis labios, es corto pero eso es suficiente para sentir sus labios suaves.

Me incorporo para salir de la cama, debemos darnos prisa para llegar luego al aeropuerto donde nos estará esperando el avión.

Me toma por la cintura regresándome pero está vez caigo encima de él.

—¿A dónde crees que vas?

—A asearme y acomodar la maleta —digo obvia.

—Aún falta, tenemos tiempo. Además viajaremos en el jet de mi papá no importa que lleguemos tarde, el piloto no se puede ir sin nosotros.

Sus manos recorren con caricias mis piernas.

—¿Estás bien?

—Lo estoy, tengo un leve escozor en la entrepierna pero se que puede ser normal por la fricción de anoche. Voy a estar bien no te preocupes.

—Tengo que hacerlo, me preocupo por ti, si te sigues sintiendo mal me dices —me mira con advertencia.

—Claro que te lo diré.

Sus manos son tan traviesas e inquietas que van directo a dónde están los botones de la camisa para desabrochar uno por uno dejando mis pechos expuestos. Los observa con deseo, sus ojos se vuelven más azules de lo normal.

Toma uno, acaricia y aprieta con delicadeza suelto leves jadeos, toca la punta se encuentran erectos. Remplaza sus manos por su boca. Se lleva uno puedo sentir la succión, los lamidas en círculos muerde un poco provocando que gima.

—Muévete encima de mi Elaine —jadea.

—No se hacerlo —revelo apenada.

—No importa, yo te enseñaré —las manos varoniles toman mis caderas.

Empieza a moverlas encima de su entrepierna, me dejó llevar por sus brazos. Puedo sentir lo duro que está.

—Así Süße —deja que me mueva yo sola.

Subastada al mejor postorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ