Subastada al mejor postor

17. Después de todo el pasado regresa

Dos meses después

Medio año fuera, cinco meses de casada. Hace dos meses que duermo al lado de Jayden. Lo veo descansar, fruncir el ceño mientras duerme, ver cada mañana sus espesas pestañas y esos labios que adoro besar por la mañanas mientras me musita un «buenos días». Nos abrazamos, nos acariciamos, nos hacemos uno.

Ya han pasado meses, el tiempo pasa, desde aquella noche en la cabaña todo ha sido mágico, la magia sigue ahí y la verdad no quiero que acabe nunca. A veces me pongo a pensar que algún día llegue a su fin, después me digo que son miedos.

Durante estos meses no he visto al señor Joshua, dejo de molestar a mi esposo. Jayden está más relajado sin su presencia. En cuanto a Alec, un día vino a decir que se iba, ya va un mes fuera. Por ahí escuché una llamada de él y Jayden donde le decía que pronto va regresar junto a su padre.

Hoy es el día que descansa mi esposo, domingo, el sábado tuvo una cena de negocios así que lo tuvo ocupado el día y hoy; hoy solo es para mí.

Me he levantado más temprano que él, los días como estos suele dormir hasta las nueve de la mañana e incluso hasta las diez, no lo juzgo levantarse temprano la mayoría del tiempo también cansa y debe de descansar al menos un día.

Cubro mi cuerpo con el camisón que anoche salió volando al suelo, solo una sábana me cubría el cuerpo mientras dormía. Me aseo, me cambio por algo cómodo, un vestido sencillo pero bonito color amarillo ajustado de la parte de arriba y suelto de la cadera para abajo con un escote en forma de corazón.
Recojo mi cabello con una pinza de cabello dejando algunos mechones fuera.

Me paro al borde de la cama, sigue dormido. Esta en medio de la cama con los brazos distendidos, la sábana solo cubre la cintura para abajo. Esta boca abajo, con su rostro por un lado solo viéndose de una parte. Me acerco a su rostro depositando un beso tan delicado en su mejilla, lleva una barba de pocos días que lo hace lucir sexy cuando me alejo lo veo sonreír aún entre sueños.

Bajo a la cocina, busco a las cocineras para decirles que preparen algo rico para desayunar y que arreglen la mesa que se encuentra en el jardín. Hoy me apetece desayunar bajo el cielo, las nubes y los primeros rayos del sol.
Corro al jardín a cortar unas cuantas flores y ponerlas en un florero.

Cuándo me avisan que ya está casi todo listo subo a nuestra recámara a despertarlo. Abro la puerta y veo que va saliendo de la ducha solo con una toalla enredada en su cintura.

—Buenos días mi esposa

El título «esposa» aún me cuesta asimilarlo, mi corazón brinca cuando me llama así al igual cuando me dice el mote en alemán que sigo sin saber que es.

—Buenos días esposo —enredo mis brazos en su cuello mientras nos damos un beso.

—Es bueno despertar, besar a mi esposa, desayunar y luego pasar el tiempo contigo. No me canso, lo haría por el resto de mi vida —me sostiene por la cintura—. Elaine, mi parte favorita del día.

—Amaneciste muy romántico, algo inusual en ti —beso su cuello.

—Puedo ser romántico todo el tiempo, solo que a mí manera —deja un libre acceso para que siga besando su cuello—. Justo ahorita quise demostrarlo.

Bajo un poco mis besos y los llevo a su pecho ahí donde está la tinta, depósito un solo beso y me alejo.

—Bajemos a desayunar ya está todo listo

—Deja solo me visto —espero que lo haga.

Lo llevo directo al jardín sin darle chance de que pregunte algo.