Escucha a tu corazón (parte 1)

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Disclaimer: De Horikoshi todo, excepto los OCs que no se reconozcan.

Hoy, capítulo tempranero. Mis vacaciones terminan cuando empiezan las del resto de personas y hoy toca trabajar, jajaja. Muchísimas gracias por vuestros comentarios :*

Al traspasar la barrera hacia el exterior, iluminado por los últimos  retazos del verano que se refleja en la superficie del mar, Hitoshi  agradece los calurosos rayos del sol que le abrasan la piel helada

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Al traspasar la barrera hacia el exterior, iluminado por los últimos retazos del verano que se refleja en la superficie del mar, Hitoshi agradece los calurosos rayos del sol que le abrasan la piel helada. Los gruesos muros aíslan la cárcel de Tártaro del calor exterior y, aunque en invierno la temperatura apenas desciende de la actual y se mantiene constante, en verano el contraste del frescor interior y el calor exterior es notoria. Incluso aquí, en medio del mar, con el agua helada del mar salpicando y enfriando el ambiente. A pesar del sol y el calor, un escalofrío estremece a Hitoshi, que desearía haber llevado una chaqueta consigo.

No es sólo el frescor del interior de la prisión, que en realidad garantiza una temperatura agradable a todos sus residentes, ni tampoco la humedad salina que impregna el aire. Algunos de esos escalofríos los despiertan los sentimientos de rechazo que le provoca entrar en la cárcel. Aunque sabe que dentro, en algún lugar recóndito de los últimos niveles, los de mayor seguridad, están contenidos Shigaraki, Toga, Twice y Spinner, no tiene ni idea de dónde están exactamente ni si ha pasado por delante de sus celdas. Ni lo desea, pensarlo le produce un escalofrío. También sabe, por Aizawa, que Stain está cerca de la sala donde interrogan al nomu superviviente de la Alianza de Villanos, pero no ha llegado a ver ningún preso en persona más allá de Kurogiri.

Las visitas a Tártaro siempre le despiertan desasosiego porque, a pesar de que los pasillos huelen a limpio, las celdas de los niveles superiores que ha visto abiertas y vacías parecen cómodas y la temperatura interior es constante, la opresión y el encierro son palpables. Que Kurogiri esté siempre amarrado con una camisa de fuerza que lo retiene en una celda que le impide utilizar su Don, aunque no lleve supresor, no ayuda a mitigar su inquietud. Quizá porque hubo unas horas angustiantes en las que creyó que podría ingresar en la prisión, ahora es más consciente que nunca de lo fina que es la línea que separa a veces la reinserción del punitivismo. O la contención de la tortura.

Con su habitual tono pragmático, Aizawa se ha preocupado de explicarle, antes de ir por primera vez, que cada celda es personalizada según el Don de quien la ocupa, dependiendo del nivel de inmovilidad que precisa, pero no había sido consciente de lo que eso implicaba ni había pensado en la palabra tortura hasta verse sentado frente a Kurogiri, separados por un panel de un material transparente resistente que le permite ver su contención. La curiosidad le había llevado a preguntar al salir de la prisión por primera vez cómo están inmovilizados presos como Shigaraki, comprendiendo que debe tener sus manos inutilizadas de algún modo.

«Además de un supresor de Don», le había explicado Aizawa, lacónico, antes de señalar que la construcción de Gunkanjima, con una barrera que permitía anular los Dones sin excesiva incomodidad para los reclusos había sido motivada por la necesidad de poder contener personas con Dones peligrosos que tuvieran que cumplir condena menoscabando lo menos posible su integridad física.

Héroes - [BakuDeku/KatsuDeku] [ShinKami]Where stories live. Discover now