Capítulo 2

68 2 0
                                    

Julián

Estaba en casa, ya era bien entrada la noche y yo seguía pensando en aquel encuentro con Gianna. Han pasado muchos años sin verla. Ella me hirió en lo más profundo, ¿por qué sigue teniendo este efecto en mí? Fue ella quien decidió terminar todo, pero cuando la miré, vi en sus ojos dolor, sorpresa y un poco de nostalgia. Sin embargo, lo más probable es que haya sido mi imaginación, pues ella nunca me quiso ni la mitad de lo que yo y me lo demostró aquel día, aunque quizás debí suponerlo considerando nuestra historia, era imposible que ella comenzara a quererme de un día para otro, pero la felicidad de aquel día donde aceptó ser mi novia hizo que no pensara en nada más.

La había citado en la playa donde nos conocimos hace muchos años atrás, cuando tan sólo éramos unos niños de 6 años. En aquel entonces jamás hubiese pensado que nuestra historia sería así. Las manos me sudaban y tiritaba de los nervios... ¿o quizás era frío? La verdad es que puede ser un poco de ambos, no escogí el día más veraniego para hacerle esta proposición, la temperatura máxima de hoy eran 15°.

Bajé la vista hacia el ramo de rosas rojas que tenía en la mano. Eran 13: una por cada año que llevamos coincidiendo en la vida, desde aquel día donde armamos castillos de arena junto a las olas cuando apenas había aprendido a leer hasta hoy que estamos en segundo año de nuestras carreras universitarias.

Miré hacia el lado opuesto de las agitadas olas y vi a una hermosa Gianna de 19 años que venía corriendo con una sonrisa enorme en el rostro. Es la curva más maravillosa que alguna vez he visto, sobre todo porque sé que soy quien la provoca. Hemos estado juntos en momentos tan difíciles en su vida que ahora verla tan feliz es el mejor regalo que pueda existir.

–Hola, Julián, ¿para qué me citaste aquí? No pretenderás nadar con este frío –rió y fue una suave melodía que jamás me cansaré de oír–.

–Estos días he tenido una idea en la cabeza y quería preguntarte qué opinas... –aquella frase se salió completamente del guión que había preparado en mi cabeza–.

–A ver, sr. Burnett, ¿qué está pensando esa cabecita loca? –se acercó a mí y me revolvió el cabello jugando-.

–Tengo miedo de decirte esto, por miedo a que no... –hice una pausa– sea correspondido –La miré nervioso, ella se veía desconcertada–. La verdad es que me gustas muchísimo... estoy enamorado de ti y no es algo reciente... ¿recuerdas cuando éramos pequeños y te dije que me gustabas? –asintió– pues aquel sentimiento sigue aquí y ha crecido de una forma que no te imaginas durante este tiempo... los lindos momentos que tuvimos el año pasado, aquellos desayunos, esas platicas interminables en el balcón, recuerdo noches observando la luna en completo silencio a tu lado... fueron momentos que están grabados a fuego en mi corazón. Quiero... Necesito saber si sientes lo mismo que yo, por eso te quería preguntar si puedo ser tu novio, ¿aceptas?

–Yo... –guardó silencio un momento y continuó– la verdad jamás pensé que llegaría a sentir esto por ti... recuerdo que peleábamos hasta si uno de los dos respiraba muy fuerte... pero esos meses junto a ti, esas palabras de aliento cuando sólo quería rendirme con todo y tu compañía tan valiosa hicieron surgir muchos sentimientos que creí que eran de amistad, pero que hace unas semanas descubrí que no lo eran... significaban algo más. Sí quiero que seamos novios, Julián, pero si no funciona nuestra amistad se va a terminar...

–No lo creo... nuestra conexión es más poderosa que el fin de una relación de noviazgo.

Ese recuerdo se apoderó de mi mente por horas.

–Amor, te he notado un poco extraño desde el almuerzo, ¿pasa algo? –dijo mi querida novia–.

Respiré profundo y respondí.

–Nada, linda. Tranquila. Vamos a dormir.

–Está bien.

Fuimos a la cama y nos despedimos para dormir, aunque no logré hacerlo. Toda la noche pensé en Gianna, en recuerdos que tenemos juntos, en aquellos momentos bonitos que quedaron grabados a fuego en mi corazón y en aquel día donde todo acabó y nos separamos para siempre. A pesar de que me intentaba concentrar solo en aquellos momentos donde me hirió y así lograr odiarla, no lo conseguía, mi mente solo quería mantener la imagen de nosotros siendo felices sin importar el caos alrededor.

Al día siguiente, Anaís y yo nos fuimos al trabajo. Me dolía mucho la cabeza, debido a la falta de sueño, así que le pedí que condujera.

–Amor, ¿conocías a aquella chica del restaurante? –Preguntó de pronto, rompiendo el silencio que habíamos guardado durante gran parte del trayecto–.

Casi me ahogo con mi propia saliva.

–¿A quién?

–A la chica que se iba a sentar junto a ti, pero se fue en cuanto me vio.

–No, no la conozco. ¿Por qué lo dices?

–Es que después del almuerzo estuviste muy extraño, creí que había sido por la aparición de aquella chica.

–Eh, no, nada que ver, estaba normal.

–Te conozco –ella tenía la vista fija en el camino, pero aún así sentía que estaba atenta a todas mis reacciones, por lo que intenté ocultar cualquier expresión que me delatara–, ayer no estabas igual que siempre. Había algo extraño en tu actitud.

–Puede ser porque he tenido mucho trabajo estos días, estoy muy agobiado con un proyecto para lanzar una nueva campaña publicitaria, debe ser eso. Además, la chica con quien trabajo inició su prenatal, por lo que estoy solo.

–Me podrías haber dicho antes –dijo con voz dulce y relajada–. ¿Y si hablas con tu jefe para que te asigne un ayudante?

–Amor, estudié publicidad por algo. Me encanta esto, pero también me estresa. En todo caso, creo que planean eso mismo. Antes de ayer vi unos cuantos curriculums en el escritorio del encargado de recursos humanos.

Dejó el tema en paz y sentí un alivio que por poco no pude esconder. Tampoco era 100% falsa la excusa que le di, me siento abrumado por tanto trabajo, pero su impacto es mil veces menor al encuentro con Gianna después de tantos años. Al mirar sus ojos sentí como todos los sentimientos que creí enterrados para siempre, resurgían de las cenizas. Detesto el poder que tiene sobre mí.

A pesar del tiempoWhere stories live. Discover now