Capítulo 22

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Gianna

Han pasado dos semanas y Emma ha querido hablar una y otra vez del tema de Vivian, pero me he negado. No la juzgo, ella no conoce tanto a Vivian como yo, pero Emi tiene que respetar que quiero retomar mi amistad.

Me reuní con Álvaro para almorzar, sin Emma, porque me molesta su actitud y estamos distanciadas, aunque sigamos viviendo juntas.

–Hola, Gianni –me saludó–.

–Hola, Tebi. ¿Cómo estás? –Dije desanimada–.

–Bien, pero tú al parecer no lo estás, ¿pasó algo? –Ya le había contado el secreto de Vivian, así que me pude descargar con confianza–.

–Me duele que mis dos mejores amigas hablen mal la una de la otra. –Me miró confundido y procedí a explicarle la situación– Emma cree que Vivian sabe que Julián está enamorado de mí y que me volvió a contactar para tenerme "vigilada" y que sienta pena por Anaís, la novia de Julián; por el contrario, Vivian me ha contado que ha tenido encuentros muy fuertes con Emma en la calle y que cree que no es buena para mí, que lo mejor sería alejarme de ella. No sé qué hacer.

–Emino me ha comentado de esos encuentros... ¿eso pasó?

–Emi también lo negó. Le dije que no me gustan las mentiras, pero sigue sin confesar.

–¿Por qué le crees ciegamente a Vivian y dudas de Emma?

–A Vivian la conozco hace mucho más tiempo que a Em...

–Pero dejaste de verla durante 7 años aproximadamente, ella puede haber cambiado.

–Ya vas a empezar como Emma. No sigas o me enojaré contigo igual que con ella.

Alegó un par de veces más, hasta que se dio cuenta de que no llegaría a ningún lado y se calló. Minutos después, se fue, porque lo llamó su novia. Aproveché para juntarme con Vivian y salir de compras.

–Hola, amiga.

–Hola, chiquitita, ¿me acompañas a encontrarme con Anaís, por favor? Me envió un mensaje hace unos minutos y me pidió que la acompañara a comprar un regalo para su novio.

Fuimos a una heladería que hay en el centro comercial mientras esperábamos a Anaís. Esto va a ser una pesadilla. En mis planes estaba sólo salir con Vivian, no imaginé que pasaría esto.

Luego de veinte minutos aproximadamente, llegó la amiga de Vivian.

–Oh, hola, Gianna, ¿cómo estás? –Me saludó sonriendo–. Hace mucho que no te veía. Estás muy linda hoy, tu outfit te queda divino –hoy estaba usando el cabello recogido, aros de argolla, un cross top blanco, un pantalón con estampado de flores y unas sandalias, pero dejando a un lado la ropa, su actitud me sorprende demasiado, sobre todo después de lo que pasó con Julián esa noche en el bar karaoke.–.

–Hola, Anaís.

–¿Se conocen? –Preguntó Vivian con desconcierto–.

–Sí, es la novia de Julián –sonreí con incomodidad, esperando que mi amiga entendiera a quien me refería y ella asintió con la cabeza luego de abrir levemente la boca, expresando sorpresa–.

–Debemos ir a comprar el regalo para mi osito –dijo Anaís con entusiasmo–.

Le dice "osito"... meses antes de que él y yo termináramos, lo había comenzado a llamar así, pero nadie más sabía, es lo más cursi de la vida y nunca lo llamé así en público.

–¿Qué le vas a comprar? –Dije tragándome el nudo en la garganta que se me había formado–.

Me dijo que aún no lo tenía claro, así que recorrimos varias tiendas comerciales hasta que se decidió por una camisa de franela, pero antes de que la escogiera decía constantemente "Gianna, si tú fueras quien comprara el regalo para Julián, ¿qué opinas de esto?" y también "chicasss, estoy muy feliz de que me acompañen a comprar el regalo para mi novio". Luego, fuimos por un café a un negocio que estaba en el centro comercial. Mi alma necesitaba un café para sobrevivir este momento.

Nos atendió un mesero muy guapo. Se veía de unos veinte años, era alto como de 1.80m, tenía ojos cafés y cabello castaño claro con ondas.

Mientras esperábamos nuestras órdenes, Anaís no paraba de hablar de lo amoroso y tierno que era Julián antes de que apareciera "la desgraciada". Fue demasiado incómodo. Más incómodo que cuando fue a comprar un vestido para su aniversario y mencionó sus intenciones de comprar lencería nueva.

A pesar del tiempoWhere stories live. Discover now