Capítulo 47

24 0 0
                                    

Julián

Debido a la licencia por el accidente, Gianna prometió venir a visitarme todos los días después del trabajo. Faltan 2 horas y jamás había estado tan ansioso/nervioso, quiero verla, quiero averiguar qué nuevo outfit está usando, cómo estuvo la actividad en la oficina hoy, qué tal el tiempo, si le dio frío, si comió bien, en fin: todo, todo lo que tenga relación con mi Gianna me interesa, quiero volver a ser la persona que más la conoce y en quien más confía... después de su amiguito claramente. Nunca he sido celoso, pero ese chico no me cae tan bien, ya que en la universidad no tenía buena fama.

–¿Estará bien esta ropa? ¿Y si no le gusta?

–Me da igual. Esperemos que le guste, sino mala suerte –dijo Felipe con molestia–.

–¿Qué pasó?

–Ya es la tercera vez que te cambias ropa y yo soy quien te tiene que ayudar.

–Lo siento amigo.

Me resigné. Supongo que me veo bien. Me siento como un quinceañero que va a salir por primera vez con su novia... y ni siquiera vamos a salir... y tampoco es mi novia.

Felipe se fue cuando faltaban unos 15 minutos para que Gianna saliera de la oficina. Dejó todo ordenado. Le debo mil favores a mi mejor amigo.

Me senté junto a la puerta en una silla que puse frente a la ventana para mirar hacia la calle.

Recuerdo una vez cuando tenía unos 6 años y Gianna enfermó. Había faltado tres días seguidos a clases y siempre pasaba por fuera de su casa cuando iba al colegio en la mañana para preguntar si esta vez asistiría a clases, a lo cual su madre me respondía que no. Una tarde después de clases, le pregunté a mi mamá si podía ir a ver a Gianna, ella consultó a la mamá de mi amiga de ese entonces y le dijo que estaba un poco mejor, entonces podía ir si me ponía mascarilla y no estaba tan cerca de ella. Recuerdo que apenas pude entrar en su casa fui corriendo a su habitación y salté en la cama, la saludé de un beso en la mejilla y en su rostro se veía sorpresa y enojo, pero sus ojos se habían iluminado un poco y pude distinguir alegría. "¿Cómo te sientes?" Apenas dije eso, su madre entró en la habitación y se echó a reír por mi actitud. Cabe destacar que la mascarilla había volado junto conmigo cuando aterricé en la cama. Esa tarde estuvimos viendo "Dora, la exploradora", un programa que se había estrenado hacía poco, luego seguimos con "Barney y sus amigos" y finalmente "Mickey Mouse". Cuando Gianna regresó a la escuela, me puse muy feliz, entonces retomamos aquello de irnos juntos a la escuela y de regreso la pasaba a dejar, luego me iba a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Estaba tan sumido en mis recuerdos que no había escuchado el timbre.

–Holaaaaa –dijo efusivamente Gianna apenas le abrí la puerta, me abrazó y le correspondí el abrazo–.

–Hola, Gia, ¿cómo estás?

–Lo importante es cómo estás tú. ¿Cómo te sientes? ¿Felipe ya se fue?

–Estoy bien, y sí, se fue.

–Okisss.

Tenía un bolso muy grande y lo apoyó sobre la mesa. Comenzó a sacar muchos juegos de mesa y sonreí. Hace siglos que no jugaba nada de eso.

–Entonces... ¿cartas, ajedrez, ludo, uno o rompecabezas? Elige.

–Eh... ¿rompecabezas? –Dije con un poco de desánimo del cual no fui consciente hasta que me lo señaló–.

–¿Pasa algo? –Dejó sus cosas a un lado y me tomó las manos–. ¿Seguro que estás bien?

–Estoy bien –dije esforzándome un poco–.

–¿Te molesta que haya venido? –Frunció un poco el entrecejo y su mirada estaba llena de tristeza–.

–No, no, para nada –dije apresuradamente–.

–Pues no se nota mucho entusiasmo... creo que mejor volveré mañana –sonrió levemente–.

Se giró para tomar su bolso y le sujeté el brazo.

–Lo siento. No sé porqué estoy así, antes de que llegaras parecía un adolescente que va a tener su primera cita con la chica que le gusta.

–Comprendo –asintió y sonrió dulcemente–, ¿hagamos algo más tranquilo entonces? ¡Veamos una película!... NO, ya sé, algo mejor que eso...

Encendió la televisión y entró a netflix. Buscó "Dora, la exploradora" y luego me preguntó:

–Por casualidad, ¿tienes maíz para palomitas?

–Sí, Felipe compró hace un par de días. ¿Por qué?

Se dirigió a la cocina como si conociera este lugar de memoria y, no entiendo cómo, halló casi de inmediato el maíz. Desde la cocina gritó "aprendí a hacerlas hace 2 semanas, seré un desastre para la cocina, pero las palomitas me quedan de maravilla, ya verás".

Casi 10 minutos después regresó a la sala de estar con un bowl gigante de palomitas y estaban bastante buenas, no me lo esperaba.

Vimos "Dora, la exploradora" como por dos horas, sonará extraño, pero ha sido el mejor panorama que he tenido en mucho tiempo... claro, desde la última vez que salí con mi Gianna.

Cuando eran alrededor de las 23hrs, le ofrecí quedarse a dormir, ya que era peligroso que se fuera a oscuras. No creyó en mi excusa para que se quedara a dormir, así que se fue.

A pesar del tiempoWhere stories live. Discover now