Capítulo 36

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Gianna

Noviembre, 2008

Faltan 30 minutos para finalizar la clase de historia y por fin nos iríamos a casa, luego de tener dos pruebas el mismo día lo único que deseo es dormir.

–Chicos, necesito que se junten en duplas para hacer la siguiente actividad, deben entregarla antes de que se vayan a casa y obtendrán 2 décimas para la siguiente evaluación.

La voz de la profesora resonó por toda la sala y se escucharon 30 quejidos. Ninguno tenía ganas de hacer nada, me incluyo, pero escuchar que nos daría décimas me dio toda la paciencia y fuerza que necesitaba. Repartió las guías que trataban de la primera y segunda guerra mundial.

Me junté con mi una compañera y en menos de 10 minutos teníamos la guía completa, así que se la entregamos a la profesora. Nos felicitó y quedamos libres. Volvimos a nuestros asientos y quedamos libres.

Comenzamos a conversar de una telenovela que ambas vemos, luego de series de Disney Channel y finalmente de su antiguo colegio –había llegado el año pasado–. De pronto la dupla que estaba frente a nosotras terminó su guía, uno de ellos se levantó a entregarla y el otro se dio vuelta hacia nosotras y comenzó a conversar. Él era Julián. Hace unos dos meses habíamos empezado a hablar más, pero no nos considerábamos amigos.

–Hola chicas, ¿cómo están?

–Bien, ¿y tú?

–Bien, bien. ¿De qué hablan?

–Anécdotas de Gabi –respondí–.

–¿Qué tal eran tus compañeros?

Comenzaron a conversar los dos, pues eran bastante cercanos y quedé un poco de lado, por tanto me desconecté y empecé a planificar lo que haría después de tomar una siesta cuando llegara a casa.

Cuando volví a la realidad, me estaban mirando atentos.

–¿Qué pasó? Me desconcentré un poco –reí avergonzada–.

–Estábamos hablando de quienes le gustaron a Gab. ¿Cuántos te han gustado? –Preguntó Julián–.

–Eh... 2 –sonreí–.

–¿Y a ti, Julián? –Preguntó Gabi–.

Comencé a sonreír y recordé que cuando teníamos unos 6 años, un día le gustaba María, al otro día era Francisca, el lunes siguiente era Marta y así, al mismo tiempo, a todas les gustaba él, excepto a mí.

–A él le gustaban todas cuando éramos chicos –dije mientras reía, pero él no–.

–Decía eso para que no supieran quien me gustaba de verdad –dijo con seriedad, sus ojos azules clavados en los míos, supe que cada palabra era cierta por la expresión de su cara–.

-Gabiii, falta poco para que terminen las clases, guardemos nuestras cosas.

Julián se giró y yo suspiré aliviada.

A pesar del tiempoWhere stories live. Discover now