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-¿Usted en serio cree que yo podría pensar en esa mujer? Pues qué ingenua es usted, sinceramente

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-¿Usted en serio cree que yo podría pensar en esa mujer? Pues qué ingenua es usted, sinceramente. He notado estos días que usted no es muy atenta que digamos; no pensaba en la costurera, mucho menos en alguna otra mujer de fuera del palacio o de otro reino. No me es necesario pensar en alguna mujer. Esa mañana sí que pensaba en una mujer, pero no era ninguna esclava o una mujerzuela, era usted.

La princesa de cabello castaño estaba anonada, mirando a este como si no lo creyera, ¿Acaso era una especie de broma? ésto era peor de lo que imaginó y, mientras el rubio le miraba serio en espera de algún comentario o respuesta, ella tragó duro, no sentía eso, no podría mentirle diciendo que le amaba de vuelta porque no era así, por más promesas y buenos momentos que había pasado con él los últimos días, no era como si realmente hubierra olvidado lo que este había dicho, hecho y demostrado. Min Yoongi tenía muchas cosas buenas, ocultas y muy difíciles de desenterrar, pero, eran más las cosas malas que le hacía temer de su futuro junto a este mismo.

El rey había prometido cambiar e hacer un esfuerzo, pero, incluso después de eso, no podía asegurar si lo que sentía era amor o un vago sentimiento que se desvanecía poco a poco. No era como el resto de las princesas o hijas de oficiales que gritaban por los chicos guapos de la capital, si es que algún día le interesaba sentir amor, no quería simplemente dejarse llevar por un chico apuesto tan despreciable como un perro.

No había buscado antes el amor y, este caso no era la excepción, sólo tenía en su inteior una chispa de esperanza por sentir algo por ese hombre con tal de no casarse con alguien a quien no amara.

Inés miró al rubio que seguía esperando alguna palabra y, luego de suspirar entre dientes, se levantó rápidamente sujetando la falda de su hanbok, dispuesta a correr rápidamente fuera del jardín de regreso al interior del palacio a su habitación, con tal de no decir nada al contrario. Este aun así, se levantó tras de esta, dispuesto a seguirle e obtener una respuesta, fuera negativa o positiva. La morena chocó para su propio beneficio con el pelinegro hijo del oficial Jeon, quien venía apresuradamente con ellos, sujetando de la muñeca a la pelinegra costurera que, tenía una intensa mirada asustada.

La morena aprovechó la situación y, se colocó detrás de la costurera, mientras que, tanto el hijo del oficial como la costurera se apresuraban a hacer una reverencia ante el rey.

-Majestad, disculpe, teníamos que informarle pronto. Alguien ha entrado al palacio, los guardias le están buscando -Dijo el agitado pelinegro.

El rubio frunció el ceño y, luego de darle una mirada al pelinegro y a la asustada costurera, se fue rápidamente de regreso al palacio, oyéndose un fuerte suspiro por parte de la morena.

-Me han salvado con esto -Agradeció la princesa, aliviada.

-No era una broma, Su majestad -El pelinegro hizo una reverencia a esta- hay alguien en el palacio que estuvo observando a las siervas.

The Min Dynasty [Min Yoon-Gi]Where stories live. Discover now