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- Que tengan buenas noches, espero y la comida haya sido de su agrado -Habló el pálido y rubio rey, con las manos tras la espalda, de pie frente a la mesa

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- Que tengan buenas noches, espero y la comida haya sido de su agrado -Habló el pálido y rubio rey, con las manos tras la espalda, de pie frente a la mesa.

-Ha sido todo un placer, muchas gracias, Su majestad -Habló la reina y esposa del rey Kim. Hye Yoon es su nombre.

- Que tengan buenas noches, me retiro.

El rey se reverenció levemente con la cabeza, despidiéndose de quienes contestaron también con una leve reverencia desde sus asientos en la gran y amplia mesa que compartieron durante la cena.

Aunque la princesa le miró fijamente, este se fue de la gran sala con las manos tras la espalda, acompañado de su guarda escolta, en silencio.

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El castaño primogénito de los Kim, El príncipe Taehyung, miraba el techo de su elegante e ordenada habitación donde se encontraba solo, mirando el techo con el aburrimiento subido a la cabeza.

Desde que le dieron la noticia de que iría a Silla, ya se había aburrido, en esta ocasión era su hermana la que haría algo, no él, así que, sabía que no haría más que estar detrás de sus padres y deambulando por el palacio. Era más que obvio que él no podía vivir sin hacer algo, por ende, decidió salir un rato, no conocía el lugar, no se les había dado un recorrido completo, seguramente se haría comienzo del próximo día.

Pero, siempre es bueno aprender por uno mismo, ¿No?

El castaño sonrió ante su idea y se levantó de la cama, ñoniéndose con rápidez su jeogori y sus pantalones (Baji) para luego salir de su habitación, sin siquiera recoger su largo cabello castaño, comenzando a deambular por el palacio, sin saber hacia dónde se dirigía. Una de las tantas puertas llamó su atención, era una cortina poco común y corriente.

Justo al final del solitario pasillo que era iluminado por antorchas, mejor dicho, no era una puerta, era una cortina de seda color blanco, claramente extendida por toda la abertura simulando una puerta, con lindos bordados en forma de diminutas estrellas de oro, brillantes y delicadas.

El brillo y la linda tela de seda le hizo querer adentrarse al lugar y, así lo hizo, tomando un extremo de la cortina blanca para luego correrla a un lado, abriéndose paso a un amplio salón lleno de mesas cubiertas por completo por miles de telas hermosas, de diferentes materiales como lino y seda. Retazos de las mismas había por el suelo, el lugar era un desastre colorido, parecía que quien trabajaba en el lugar no era muy ordenado en su área.

Había tapetes bordados sobre las paredes, con diferentes animales y elementos de la naturaleza; también había varios estantes de mimbre tejido color trigo, llenos de pergaminos y hojas desordenadas, junto con miles de rollos de hilo y almohadones con agujas e alfileres incrustados.

Su vista se fijó sin razón en una figura al final de aquel espacio, de espalda a él, una melena oscura se encontraba seguramente cociendo tranquilamente sentada a la mesa. Siendo tan social como siempre y, como comúnmente lo hacía, se olvidó de su rango y se acercó torpemente entre el desastre de retazos de tela por el suelo, tropezando levemente con los trozos de tela por todo el suelo hasta estar un poco más cerca de la desconocida.

The Min Dynasty [Min Yoon-Gi]Where stories live. Discover now