Capítulo 20🎭

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Capítulo veinte:

     <<Los ojos son el espejo del alma>> descifraba como era la vida de Taylor Swift desde una foto en una revista. Lucía hermosa, pero en el fondo noté que no estaba contenta. Su vida no debe ser fácil, entre giras y filmación de videos tan grandiosos como ella hace. Puse el puño cerrado en mi boca, dando un suspiro amargo con los ojos cerrados. Imaginaba que soy otra más del montón de estrellas. Condiciones para hacerlo, tenía… pero no quería porque sería un lugar comprado por mi padre. Aunque, si quería que ayudara a mi novio a cumplir sus sueños.

Hablando como los locos, si no me hubiese hecho independiente de las faldas de la burguesa, jamás hubiese conocido a mi novio ¡Nunca!. Por eso doy gracias a que no salí como las demás riquillas.

Salí con mi cachorrito de cinco meses para pasearlo, por suerte su estómago estaba mejorcito. El clima aún era frío, también estaba seco como de costumbre. Las personas caminaban sin mirar para adelante. Si no fuera porque yo iba atendiendo muchos chocarían conmigo.

Se me antojaba un hot dogs, algo común en las calles de Nueva York. Esperaba impaciente en la pequeña colita, el olor a salchicha invadió mi olfato dejándome deseosa de comer aquello. Mi estómago crujía, desayuné muchísimo pero nunca es suficiente con una persona que suele comer mucho.

Era mi turno, el señor carismáticamente me atendió. Pedí mi hot dogs y mientras tanto observaba el chat de mi novio, su último mensaje fue un “Te amo” que derritió mi cuerpo por completo.

El señor me señaló el kétchup y la mostaza, lástima que no tuviese mayonesa.

Seguí caminando mientras me alimentaba. Observaba a cada persona que caminaba a mi lado. <<Nadie sabe que un día cumpliré mi sueño y caminan al lado de una super estrella en formación>> sonreí ante mi ocurrencia, las pocas personas que me miran deben de pensar que estoy loca.

Seguí caminando un par de manzanas, para luego volver a casa y ducharme para poder ir al teatro. Estábamos dando los últimos detalles que le faltaba a la obra. Atendimos los vestuarios, escenografía y otras pequeñeces.

—Jóvenes—dijo Patrick emocionado desde abajo del escenario—. ¡Estamos listos! Mañana será un día bueno.

El día del amor y la amistad. Donde las flores y chocolates pasan de una mano a otra. Es el momento de veinticuatro horas donde el violento se convierte en príncipe, donde el caballero le abre la puerta a su dama, donde los ancianitos enamorados por años hablan de sus hazañas juntos. Donde muchos esperan el alba o despiden la tarde con los colores que el cielo le brinda al atardecer.

También era hoy, el día de la obra escrita por Patrick. Todos nos preparábamos emocionados para la función. Brigitte me ayudaba a vestirme y retocaba mi maquillaje. Abigail pasaba un poco de trabajo para ponerse su corset bien ajustado. Me acerqué a ella y le quité las tiritas, comencé a apretarlas y su cuerpo se esbozaba a una perfecta curva.

Su vestido parecía de princesa, obviamente ella interpretaba a una mujer del siglo XIX con todos sus tabúes y estilo.

Estaba nerviosa por el día de hoy, entre la función del teatro y lo que haría mi novio. Mis manos sudaban muchísimo y temblores acompañado de escalofríos en el espinazo.

—¿Así? —apretaba, tal vez le había matado.

—No, aprieta más— ordenó con un poco de falta de aire.

—Este personaje fue una mala idea—hablé con trabajo mientras hacía fuerza.

—¡Detente!— jadeó apretando el borde de la mesa de maquillaje—. Esto me da calor y me está doliendo mucho.

Bajo reflectores ©️[Completo]✔️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon