Capítulo 25🎭

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<<Ellos eran dos piezas que encajaban a la perfección, pero no eran del mismo rompecabezas>>

Doy inicio con esa frase del grande Mario Benedetti. Que triste es sentir que encajas a la perfección con una persona y no nacieron para estar juntos. Duele muchísimo.

Capítulo veinticinco:

       Todo en la vida de Cloe y James por separado iba fluyendo a la perfección, cada uno había creado una genial rutina.

Cloe estaba desempleada, solo después de dar a luz buscaría trabajo.

En otro continente, el chico estaba viviendo su sueño anhelado desde pequeño.

—James—llamó Zoe, la modelo rubia  esbelta. Su piel era delicada, así como la porcelana de blanca. Su rostro era hermoso y sonreía cerca del chico—. Me preguntaba ¿Si querías cenar hoy conmigo?—era noble su voz. Ella le estaba ayudando a sentirse cómodo con el nuevo cambio.

—Claro Zoe, me gustaría ir— dijo sin quitarle la vista a su camiseta en las manos.

Ella devoraba su pecho desnudo, solo unos jeans cubrían su cuerpo. Mordía sus labios siempre que él estaba cerca, conteniéndose para no lanzarse. Sería algo extraño para él, su última relación comenzó con un impulso. Pero, Zoe no era la chica que robó su atención cuando entró por primera vez en el teatro. Es linda, pero no hace que su corazón lata . La ve como aquella amiga que quiere ayudarlo a sentirse bien.

Cloe por las tardes se sentaba en el columpio de su patio trasero. Esperaba con ansías una llamada de su chico. En sus adentros se repetía una y otra vez <<Yo terminé esto>> pero, también se daba ánimos para evitar el dolor. Observaba a Toby correr todo el jardín, el cachorro se sentía libre con ese nuevo terreno que había adquirido.

La madre de Cloe siempre estaba en casa de su hija, metiendo sus narices en asuntos que no le interesaban. Ella simplemente preparaba el té y comenzaba a hablarle sobre los éxitos de James, recordándole que él estaba bien sin ella. María estaba logrando que Cloe comenzará a odiarlo y por su cabeza solo pasaban frases como <<Tal vez tiene razón mi madre>>. Pero, ahora se iba a enfrentar un nuevo reto, la maternidad.

María se sentó al lado de su hija, entregándole un vaso de leche cargado de chocolate a una temperatura tibia. Cloe engurruñó los ojos, no tenía hambre y estaba aburrida de la leche. Su madre tenía buenas intenciones, se excusaba de que debía alimentarse bien porque en unos meses nace la bebé.

—Madre, no quiero beber leche— suspiró tomando el vaso refunfuñando— . Pronto comeré la cena y estaré llena de leche. 

—¡Excusas!—puso los ojos en blanco— . Solo bébela.

James y Zoe cenaban en una linda pizzería, puro estilo italiano. Los manteles eran blancos con cuadros rojos, al igual que las cortinitas en los grandes ventanales. Una pequeña recepción donde había una señora de unos cuarenta con el pelo rojizo y una sonrisa amplia. Zoe le indicó a James que se sentarían cerca del ventanal. Ella confesó que le gusta mirar por el cristal cuando está nerviosa. El chico después de sentarse solo se concentró en su móvil, simplemente no quería hablar con nadie y solo deseaba observar el perfil de Cloe.

—Cuéntame James— él le regaló una mirada con el entrecejo fruncido—. ¿Qué país prefieres? ¿Este o tu país natal?

El chico vaciló, definitivamente su corazón estaba en Estados Unidos. Para ser específica en Michigan. Apretó sus labios y decidió darle una respuesta.

—Aquí. Tengo a mi familia conmigo—mintió mirando nuevamente al móvil—. Allá no tengo nada—su corazón se apretó en su pecho. Quería volver, pero ella se alejó, no iba a tener algo de todas formas.

Bajo reflectores ©️[Completo]✔️Where stories live. Discover now