Capítulo 23🎭

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Capítulo veintitrés:

El teatro estaba quebrado. Desoladamente lloraba el viejo Patrick. La función de febrero solo cubrió un par de deudas, pero no lo suficiente como para salvarlo. El día dieciséis de marzo se hizo la mudanza de las cosas para un camión. Patrick incluso se iba de la ciudad para un pueblecito de Arizona.

Todos estaban sin trabajo, sentados cansados como perros en las afuera del teatro. Brigitte estaba de la mano de Daniel, mientras que Roland acariciaba la espalda de Abigail.

-¿Qué haremos ahora?- lloriqueaba Brigitte-. Esta era toda nuestra vida.

-Poco a poco nos fuimos destruyendo-dijo en tono bajo James-. Primero John y Nancy, ahora el teatro.

-Un salario menos- habló Daniel sin soltar las manos de su novia-. Brigitte ¿podemos mudarnos juntos? Tal vez nuestra economía no sea tan mala así-susurró y la respuesta de su novia fue un pico.

-Entonces ¿es un adiós?- preguntó Abigail-. No me vayan a olvidar.

-Cambiaremos de trabajo-bufó Roland
-, no de ciudad. Al que si extrañaremos será a doña tragedia.

-Nunca dijo que estábamos en quiebra- reprochó Cloe entrando en la conversación-. Ahora entiendo el porqué de los días que no estaba.

A unos kilómetros una madre recién se enteraba de la noticia, alegre llamó a su esposo. Había logrado que el banco que beneficiaba a Patrick apretara la soga y tuviese que cerrar. ¿Objetivo? Recuperar el control de la vida de su hija, aunque fuera en otra casa cerca de la suya.

-Esposo- dijo interrumpiéndole de ver unos papeles-. Buenas noticias.

-¿Qué pasó María?- preguntó molesto- . Tiene que ser breve porque ahora vienen los rusos.

-Mch, esto es mejor que cualquier negocio Juan-su tono burgués sonaba alegre, demasiado para el gusto de su esposo-. He logrado que tu amigo, el gay cerrará el teatro.

-Espera-dijo analizando las palabras de su esposa-. ¿Dónde trabaja Cloe?-ella asintió moviendo su cabeza veloz -. ¡Increíble! Ahora es hora de que Megan entre en acción, dime un país- atendía su teléfono buscando el numero para llamar.

-Adiós, adiós chico pobre- ella se tambaleaba de felicidad de un lado hacía otro-. Inglaterra, envíalo a ahí Juan.

El señor de negocios se alejó para hacer los trámites para deshacerse de su yerno de bajo mundo.

La esposa miraba todo a su alrededor. Necesitaba un poco de flores la oficina sombría de su esposo. Lo único que si le gustaba era la vista que le daba el gran ventanal detrás de su buró. Los cuadros eran deprimentes, arte abstracto gris y sin sentimientos. <<Menudo hombre sin sentimientos>> susurraba mientras seguía analizando eso. Lo gracioso, es que ella siempre estaba ahí detrás del trasero de su esposo.

-¡Listo! Avisa a Cloe- dijo Juan saliendo del baño-. Ella deberá decidir como él debe enterrarse.

-¿Y si quieren irse juntos?- preguntó María asustada-. ¡No lo admito!

-Cloe no va a querer depender de él-hizo una pausa acomodándose en su silla-. Ella debe enterrarse primero, llámala en cuanto llegues a la mansión.

Unos padres excelentes ¿no?... pues así son ellos. La chica después de ayudar a Patrick y conversar con sus ex compañeros fue a su casa a tomar una ducha. El olor a sudor leve se había impregnado en su piel. Además, no existe nada mejor que una ducha para sacar las malas vibras del alma.

Una llamada sorpresa le quitó la concentración al vestirse. Al ver que era su madre con una videollamada se colocó un vestido rápido de los que usaba para andar en su casa. Su madre estaba sonriente, no fingía que tenía algo en manos.

Bajo reflectores ©️[Completo]✔️Where stories live. Discover now