Siempre fuiste tú (#3 A través de ti)

CAPÍTULO 4

Estas tres semanas, mi atención hacia Maddie sera más atenta que nunca. Son mis ultimas tres semanas antes de que se vaya, y solo Dios sabrá cuando la volveré a ver. Aunque lo que menos quiero hacer, es pensar en el tiempo que falta para que se vaya y todos los cambios que eso va a traer. Quiero disfrutar cada minuto con ella, cada día.

Ahora me encuentro volviendo a casa luego de una tarde con ella. Una tarde en la cual me llevo al cine a ver una película de romance. Maddie es de esas chicas que disfruta verlas, y suspira por las escenas, o llora dependiendo de lo que pase en la historia de los personajes. 

Jamas me queje por acompañarla en películas de este tipo, porque Maddie siempre me acompaña a ver películas de acción, o terror.

En cuanto llego a casa, escucho como Nathalie le indica a Paul como cocinar una salsa para las pastas que planean cocinar para la cena.

Cuando entro a la cocina, veo a Hope riendo por la escena de papá y mamá. Paul parece todo un niño, y Nathalie no deja de suspirar, como toda una madre cuando su hijo le entrega la boleta de sus calificaciones y tiene baja alguna materia.

Nathalie me ve y rueda los ojos sonriendo. Me gusta verlos así, me gusta saber que estuve con ellos cuando su amor comenzó a fortalecerse, me gusta verlos y sentir que siguen enamorados como el primer día. De hecho es así.

Al verlos me hacen desear tener una relación como la que tienen.

–¿Cómo estuvo tu tarde con Maddie? –me pregunta Nathalie y por primera vez desde que llegue, Paul me mira.

–Estuvo bien... –suspiro y me siento junto a Hope– Solo no quiero que llegue el momento en que se tenga que ir.

–Lo harán funcionar, hijo –me asegura Paul.

–Eso espero, papá.

–¡Me dijiste papá! –grita como si hubiera sacado la lotería– No recuerdo cuando fue la ultima vez en esta semana que me llamaste así.

No es porque no me guste llamarlo así, solo me divierte como se pone cuando lo llamo por su nombre.

–Si, no te ilusiones, Paul –le sonrio cuando me fulmina con la mirada.

Mi celular vibra en mi bolsillo, y me interrumpe de una divertida discusion con Paul. Por un momento pensé que era Maddie para preguntarme si llegue bien a casa, pero era Zoey y me estaba llamando. Así que me pongo me pie y salgo de la cocina.

–Zoey –me acuesto en el sofá.

–¡Nolan, necesito de ti!

–Estoy bien, gracias ¿y tú?

Se ríe.

–Lo siento, eso fue feo de mi parte.

–Tu rostro es feo.

–¡Ya basta! –me río– Necesito que me hagas un favor.

–¿Qué favor?

–Necesito... que mientas por mi.

–¿Qué?

–Bueno, no es que mientas. Solo te necesito de mi lado.

–No te estaría entendiendo.

–Jude quiere que salga con él esta noche...

–¿Y...?

–Papá y mamá no saben de él aun.