Siempre fuiste tú (#3 A través de ti)

CAPÍTULO 33

Mi mente recrea el momento del beso, y mi cuerpo tiembla. Como tiembla uno cuando hace frío. Vuelvo al momento del beso, y me siento en un ambiente cálido, me siento a gusto, no quiero salir de ese lugar, me quiero quedar allí todo el tiempo.

Me atrevo a decir que el beso me gustó, puedo decir que no me arrepiento, hasta incluso puedo agradecerle al alcohol por hacer de un Nolan menos tímido, y más seguro de sí mismo.

Nuevamente me siento en un carrusel, solo que esta vez la imagen borrosa de Nolan se hace más visible que la de Jude.

¡Jude! Cuando pienso en él, lo hago de una manera más distante. Lo hago sin culpa hacia Nolan, porque cuando lo bese, deje de pensar en todo y simplemente lo hice.

A veces es necesario ese valor, y arriesgarse. De todas maneras, no sabrás lo que sucede si nunca lo intentas ¿cierto?

Se lo que estás pensando, sé que crees que no es fácil ir por la vida haciendo lo que realmente queremos, sin miedo a nada. Pero creo que para animarnos a hacer algo, hay que dejar de pensar. Dejar de sacar conclusiones, dejar de inventar escenas, momentos y simplemente hacerlo. Recibir la respuesta de ese movimiento de la mejor manera posible.

Cuando tuve a Nolan tan cerca mío, no dejaba de pensar. No dejaba de decirme que eso estaba mal, no dejaba de pensar en Jude, en la culpa, en el dolor, en mi corazón roto y en mis estúpidos celos. Si, me puse celosa.

Mi mente pensó en muchas cosas, las cuales todas me daban como respuesta el correr lejos de él. Pero lo vi a los ojos y decidí dejar de pensar, detuve mis pensamientos, los puse en pausa y me deje llevar.

Los labios de Nolan tocaron los míos y mi mente se puso en blanco, logre disfrutar del momento. Sus labios acariciaron los míos y sentí que volaba. Cuando finalmente lo vi a los ojos después de ese increíble beso, supe que él estaría ahí para atraparme de mi vuelo.

–Y este es el momento en donde suena mi despertador, o me despiertan los gritos de Paul.

Dice Nolan y le sonrío.

–No estás soñando.

Me mira a los ojos y me pierdo en ellos.

–Ya no tengo la sensación de alcohol en mi cuerpo, y aun asi quiero besarte.

–Entonces hazlo.

Sonríe.

–¿No me insultaras mañana?

–Siempre te insulto.

Se ríe.

–Sabes de qué hablo.

–Solo quiero que te calles. Yo aun tengo un poco de alcohol en mi cuerpo, y sobria no te estaría diciendo esto.

–Eso sería aprovecharme de ti.

–No, porque yo tambien quiero esto.

–Creo que la Zoey ebria me gusta más.

Y me vuelve a besar, solo que esta vez, el beso es mucho más intenso.

Nadie nos vio. Nadie supo aun lo que pasó entre nosotros. Al menos Ruth no lo sabe, no se si Nolan se lo contó a Ronny.

Solo lo sabemos nosotros, y creo que eso lo hace más especial y mágico.