CAPÍTULO 28

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CANCIÓN DEL CAPÍTULO: Start of time - Gabrielle Aplin


A la hora de amar a alguien, no solo le entregamos parte de nuestro tiempo, de nuestra vida. Le entregamos tambien algo mas importante, y delicado; nuestro corazón. Se lo entregamos de a poco, sin darnos cuenta, confiando en la persona que está delante nuestro, creyendo en sus palabras, en sus abrazos, caricias, y besos. Cuando amas a alguien y ese alguien te sonríe, te sientes única. No hay nadie más en el mundo, solo tú y él.

Cuando se trata del amor, ningun corazon sale sano y salvo. Siempre, queramos o no, terminamos golpeados, con una daga en el corazón. Una daga que duele, molesta y por mas que te la quites, la herida tarda en sanar. Pasas días, semanas y hasta meses preguntándote por qué, aunque sepas que ninguna respuesta es sana para tu estado, te lo preguntas.

Está la parte linda del amor, claro que si. Esa parte en donde ambos son felices, ambos sonríen, ambos se aman, y ambos se sienten únicos para la otra persona ¿es realmente justo que todo cambie? Muchas veces de un dia para el otro, sin darte cuenta la persona que amas te esta lastimando, o tú lo estás haciendo. Cuando el amor se desgasta, por más que quieras que vuelva a hacer lo mismo, sabes que nada será igual y sabes que es momento de alejarte.

Ahora, ¿es realmente justo que te mientan, que te ilusionen, que te enamoren para luego dejarte sola como si nada fueras cuando creías que lo eras todo? La parte linda del amor en mi relación con Jude, solo la tuve yo. Él no me ama, y nunca me amo al nivel de fuerza en que lo hago yo.

¿Por qué las personas ilusionan de esa forma? ¿Acaso es divertido ver como la otra persona cae en un pozo sin fondo por esas ilusiones que se pierden o que nunca existieron?

El amor es una palabra corta, pero larga de sentimientos. Una palabra que se escribe fácilmente, pero cuando duele, duele como la mierda. El amor cuando se torna oscuro entra en la fase del dolor, y cuesta salir de ahí, realmente cuesta y duele.

Es mi segunda caída, mi segunda vez llorando por amor, llorando por alguien que no me quiso de la misma manera en que yo lo quise, lo quiero. Creí que con la primera vez había tenido experiencia, me dije nunca más y apareció él, sonriéndome, enamorandome y aqui estoy, llorando en mi habitación. Fui la misma estúpida, la misma ciega, no aprendo más.

¿Hay algo malo en mí? Me lo pregunto una y mil veces ¿no soy lo suficientemente buena como para que me quieran bien y no mal? Quizás el error soy yo al no ser tan increíble como algunos lo creen.

Me seco las lagrimas y respiro profundamente una y otra, y otra vez. Intento calmarme, y cuando las lágrimas dejan de salir, cierro los ojos. Quiero dormir y ojala cuando despierte, nada de esto exista. Quiero despertar sin ningún corazón roto.



–¡Hola! –me grita alguien en el oído, y me asusto. Cuando abro los ojos, escucho una risa familiar; Ruth. La miro y me sonríe– No vine a verte dormir, ya tuve suficiente con verte asi en el hospital. No me lo harás de nuevo ¿de acuerdo?

Mi mejor amiga me sonríe, y me esta mirando como siempre lo ha hecho. Nada cambió, pese a la forma horrible en que la trate, ella está aquí, observándome como mi mejor amiga protectora.

–Ruth... –susurro y me lanzo a sus brazos. La abrazo tan fuerte como si nunca quisiera soltarla, y ella me devuelve el abrazo de la misma manera. El silencio que hay ahora entre nosotras no es para nada incomodo, es justamente necesario. Aunque debo hablar, debo pedirle disculpas, así que basta de silencio. Me separo de ella y sus ojos están llenos de lágrimas, como los míos.

Siempre fuiste tú (#3 A través de ti)Where stories live. Discover now