|Capítulo 31: Leier|

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La Existencia, los Ecos del Tiempo y el Ha, son los lazos que unen el pasado, el presente y el futuro en un continuo fluido, donde cada momento es eterno y cada experiencia es etérea

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La Existencia, los Ecos del Tiempo y el Ha, son los lazos que unen el pasado, el presente y el futuro en un continuo fluido, donde cada momento es eterno y cada experiencia es etérea. Sin embargo, también son un recordatorio de la fugacidad de la existencia humana. Como el viento que sopla a través de los campos, son efímeros y frágiles, susceptibles a la más mínima perturbación.

 Como el viento que sopla a través de los campos, son efímeros y frágiles, susceptibles a la más mínima perturbación

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Región Vikeesh, tierras de Kihoi.

Durante el albor del primer amanecer de Farawa, los párpados de Virav se abrieron con lentitud.

Se levantó de la cama, se dio una ducha y desayunó junto a su amada.

Ese día, visitaría al Leier Noen para esclarecer la respuesta de la misiva que recibió.

Al alcanzar su destino, se percató de que sería la primera vez que ingresaría a dichosa edificación desde que había regresado a Kihoi. Ingresó con la aprobación del guardia de turno, recorriendo los pasillos que dirigían al despacho del dirigente.

Estableció su contemplación en los retratos emblemáticos de los Leiers de Kihoi.

Para él, era innegable que, el hecho de que lo tuvieran en consideración para ser el próximo Leier de Kihoi, parecía un sueño. No contaba con experiencia previa más allá de su servicio como soldado y su estudio en el área de Artes de Liderazgo, cuya certificación tendría lugar en el mes de Shida del presente ciclo lunar. Además, no se consideraba bueno para dar órdenes como Kurenka o para seguirlas sin rechistar como Alraksh.

«Alraksh tiene mejores sobresalientes que yo», recordó.

Cuando se detuvo frente a la puerta de la oficina, apartó sus pensamientos. Golpeó la superficie de madera tallada un par de veces hasta que la voz familiar de su tío le permitió el acceso. En el interior, realizó una reverencia hacia el Leier Noen.

Ki ora, Leier Tsarki —saludó este.

Ki ora. Gracias por venir, Virav —dijo el mayor con tono de alivio. Se levantó de la silla que ocupaba y extendió la diestra a un costado—. Toma asiento. ¿Tienes alguna consulta?

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